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—Sabes… —preguntó sentándose en la cama de su amigo.

—No, no sé —contestó cortante. El otro lo ignoró.

—Sabes —volvió a iniciar —cuando llueve y el cielo esta gris pienso en ti.

El otro chico de cabellos azabaches se quedó callado escuchando el discurso que decía su mejor amigo.

El rubio miraba por la ventana que quedaba lejos de la cama, pero dejaba ver el cielo y la lluvia que caía.

—Siempre que estoy solo —continuaba —me preguntó qué estarás haciendo —el azabache se sentó al pie de la cama mirando por la ventana.

El rubio, su amigo siempre le decía cosas así. Se preguntaba como una persona como él a veces podía hablar de esa forma tan sublime y tan íntima.

—Cuando las gotas de lluvia van cayendo por mi ventana, imagino que estarás viéndolas y me siento conectado a ti.

Esos momentos en que su amigo hablaba sobre lo que sentía sobre él, se sentía nervioso, ansioso, temeroso.

Siempre se cuestionaba si Naruto se sentía atraído por él físicamente. Su amigo era rubio, ojos azules, tez bronceada, tenía tres marcas en sus mejillas. Su cuerpo era perfecto (eso pensaba él), sus brazos, espalda, piernas eran fuertes. Era un tipo muy activo. Siempre andaba de aquí para allá.

Riéndose parecía tan hermoso. Su amigo era el sol. Tan altivo, orgulloso y testarudo como él. Nunca se dejaba vencer. Eran rivales desde que se conocieron.

Al principio él lo ignoraba, sin embargo el rubio siempre estaba encima de él. Compitiendo sin acordarlo. Hasta que de alguna forma se convirtieron en amigos. Salían a “jugar”, más bien era arrastrado a donde fuera el dobe de su amigo.

Y terminaban en casa de alguno de los dos.

—El viento que sopla se lleva mis palabras y temó que no puedan llegar a ti —esas cosas que pronunciaba con tal pasión lo hacían dudar —siempre le pido que lleve mi mensaje, más cuando termina de llover y el viento cesa… es tan difícil saber si logró llegar hasta tu ventana.

El azabache se preguntaba si su amigo sabía lo que provocaba en su persona. Desde que Naruto empezó a confesar sus emociones, algo cambio en los momentos que compartían cuando estaban solos.

Sasuke al principio estaba sorprendido, y al principio lo molestaba con ello. Más Naruto lo ignoraba. Siempre terminaba su diatriba y él callaba.

Se sentaban y escuchaban el sonido de las palabras dichas por el rubio.

Sabía que Naruto estaba de alguna forma enamorado de él. Pero nunca decía esas palabras. Nunca eran manifestadas.

O Naruto lo amaba de una forma abstracta o simplemente ni él entendía lo que decía.

Lo dudaba, lo dudaba por el simple hecho de que Naruto parecía desvivirse en esas palabras. Palabras que le llegaban muy dentro.

Ya hasta había tenido sueños donde Naruto al terminar su homilía le confesaba su amor por él. Sí, eso soñaba y lo anhelaba.

Él, Sasuke Uchiha enamorado de su mejor amigo. Cómo en todas novelas románticas se enamoró de su mejor amigo. Después de todo de la convivencia nace el amor.

Sasuke se preguntaba si Naruto estaba enamorado de él o de su imagen.

Sasuke de cabellos negros y ojos del mismo color. Piel blanca como las piedras de las fuentes, lisas y suaves al tacto. ¿Cómo esas piedras eran suaves? No lo sabía, pero comparaba su propia piel con esa textura y esa blancura. Su complexión era delgada, bien torneada y formada de músculos trabajados a conciencia.

one-shots Narusasu/Sasunaru +18Donde viven las historias. Descúbrelo ahora