Periodo de felicidad

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-Lu eso suena tan tierno- Rue suspiraba de amor

-Si, durante ese tiempo... todo estaba en orden-

-Continua Lu- Sol tomó mi mano con fuerza en señal de apoyo

Durante mis años en la universidad todo marchaba bien, me repartía el tiempo, podía con los trabajos, mis hijas y mi esposa

Ale también me apoyaba, nos turnábamos para cocinar y cuando ninguna tenía tiempo almorzábamos en la calle, pensé sería estresante pero de la mano de Alejandra todo fue en conjunto y pudimos con ello

-¿Lu?-

-¿Si cariño?-

-Hoy podemos ver películas mientras las niñas duermen-

-Si pero shhh...-

-Yo tamben quedo ver películas mami- me reí por la cara de Alejandra

-Te dije que no dijeras nada Alex-

-Hace mucho no me llamabas así, creo que... Alex te extraña y mucho- me guiñó

Sabia a que se refería y era cierto, hace meses que no teníamos intimidad porque las niñas eran muy pegadas a nosotras, no importaba si las dejábamos en sus camas, al día siguiente amanecían sobre nuestra cama

Luego de tanto ajetreo por 4 años, finalmente pude graduarme, estaba muy contenta y Ale estaba orgullosa, no fue fácil pero lo logramos, gracias al tiempo que me brindaban mis amores, al apoyo, a las porras, casada, con dos hijas y una carrera, la felicidad me sobraba y el amor también

Hasta ese entonces

La misma noche en la que me gradué fuimos a cenar para celebrar, Wendy y mi padre llegaron junto a Fernanda que lucia muy preciosa con sus ahora 12 años, fue increíble, extrañaba la comida de mamá Wendy, terminamos la cena entre pláticas y copas de vino, ya agotados todos nos fuimos a descansar

-Lu- susurró

-¿Que pasa am...?- me calló posando sus labios sobre los míos

-Es que te necesito, ya no puedo aguantar más- murmuró sobre mis labios

-Al... las niñas están en su habitación y mis padres...-

-Por favor Lu, se mía- insistió mientras frotaba su pelvis contra mi trasero, estaba completamente desnuda

-¿Estás?...-

-Si, por favor Lu, te necesito- dijo mientras devoraba mi cuello

-Soy tuya, ahora y siempre mi amor- solté con jadeo

Sus besos bajaron hasta el valle de mis senos, su lengua ardía y se notaba la desesperación por devorar todo a su paso, con cuidado se acostó sobre mí luego de quitar las sábanas de mi cuerpo

-Mierda... Lucía no debiste ponerte esta pijama-

-¿No te gusta?- pregunte haciéndome la inocente

-Sabes que me vuelve completamente loca- poso sus manos en mis caderas, la pijama era de dos piezas, me la puse en realidad porque esa noche hacía calor, era un camisón con tirantes finitos de color plomo, dejaba ver todo mi abdomen, la pieza de abajo era nada más que una trusa del mismo color que cubría media nalga

-Dios... ¿Alex creciste más?- pregunté mientras pegaba mi pelvis contra su miembro muy erecto, con un fácil movimiento invertimos posiciones, mis piernas estaban a los lados de las suyas, movía mis caderas haciendo fricción entre mi vagina y su pene, una sensación tan placentera y maravillosa al mismo tiempo, llevó sus manos nuevamente hasta mi cintura, como quemaba...

Agarro los bordes y levanté mis brazos para deshacerme del camisón diminuto dejando mis pechos desnudos

-Eres hermosa mi amor, eres perfecta- dijo para luego apoderarse de una de ellas y chuparla con desesperación mientras masajeaba la otra, mordía y succionaba con cuidado, sus manos traviesas viajaban por mi trasero para poder quitar la única pieza que traía puesta, una vez hecho esto ambas quedamos completamente desnudas

-Dios... Alex-

-Tienes un culo perfecto Lucia, y es mío-

-Solo es tuyo Alex-

Mientras devorábamos nuestras bocas, Alex jugaba con mi clítoris, logrando que me inquietara más, que sintiera mucha necesidad de ser penetrada en ese instante

-Al...-

-Ya estás mojada para mi- jadeó para guiar su miembro hasta mi entrada y finalmente penetrarme

Alex comenzó a salir lentamente de mi para luego volver a entrar lentamente. Podía ver el placer en su rostro, su boca entreabierta y mi nombre siendo expulsado con mucho placer. Empecé a gemir cada vez más fuerte, estoy segura de que mis papás deben estar escuchando pero no puedo controlarme, hace mucho que no hacia el amor con mi esposa, Alex comenzó a aumentar el ritmo cada vez más rápido y fuerte chocando con mi interior sensible, logrando que ambas llegáramos al clímax al mismo tiempo, sentí su liquido caliente correr dentro de mi intimidad

-La mujer más sexy del mundo, la mujer que juraba ser hetero es ahora mi perfecta y dulcemente amargada esposa- me reí

-Tengo a una de las mejores jugadoras de fútbol americano del país como esposa, y... pues me quitaste lo hetero- ella también río

-Lu... no importa cuanto tiempo pase, siempre será como la primera vez, eres... eres maravillosa, mi hilo blanco- estaba agitada

Con todo mi cansancio me arrastre para acurrucarme a su lado, tome las sabanas para cubrir lo que era mío, su cuerpo

-Ey no es justo, ¿Por que solo yo debo cubrirme?-

-Porque esto es mío- frote su pene que volvía a despertar

-No lo despiertes si no lo vas a complacer- respondió mientras agarró con fuerza una de mis nalgas

-¿Quién dijo que no lo haría?- sonreí para bajar hacia el enorme Alex para mimarlo con mi boca

-Lu, esas asquerosidades no queremos saber- hicieron muecas desagradables y me reí después de tanto tiempo

-Lo siento, solo... quiero recordar-

-Bien ¿Qué más sucedió?-

Pasó una semana y empecé con mi proyecto (a fines del año pasado) una agencia de fotografía, quería fotografiar en los eventos más importantes del año, pero para eso debía esforzarme mucho

Ale tenía cada vez más entrenamientos y juegos, así que Ariel y Luciana iban conmigo al trabajo, yo no tenía muchos ahorros pero Alejandra dio el dinero para poder comprar el edificio que usaríamos para levantar la agencia, yo le dije que le devolvería el dinero en cuanto lo tenga, su respuesta tan solo fue

-Eres mi esposa Lu, ambas nos ayudamos, lo mío es tuyo y lo tuyo es mío-

-Pero amor este dinero es de tu esfuerzo-

-Si, tienes razón, pero ese esfuerzo lo pongo por mis hijas y por ti, sin ustedes no tendría ánimos mi vida, al final todo lo que tengamos ambas será para nuestras pequeñas- sonrió

-En eso tienes toda la razón-

En una semana pudimos tener lista la agencia, teníamos mucho personal lo cual ayudaba, tenía algunos trabajos ya hechos y junto con los de mis trabajadores, que también eran muy buenos, decidí exponerlos, muchas personas empezaron a contratarnos, incluso nos faltaba tiempo para atenderlos y hacer el trabajo, empezó a crear un gran impacto y eso me ponía muy contenta, Ale no dejaba de mencionar lo orgullosa que estaba de mi, era lo único que me importaba, todo estaba bien, el pasado fue algo turbio pero ahora es lo contrario, tenia conmigo a mi esposa, nuestras hijas y excelentes trabajos. Nada podía salir mal, al menos... eso pensé

BitterSweet - LUCIALE (G!P) || BitterDonde viven las historias. Descúbrelo ahora