Continuación [5]

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Lo primero que intentó fue saltar, fallando en el intento.

Optó por probarlo nuevamente pero agregándole carrerilla.

Retrocedió varios pasos hasta que la pared no lo dejó más, y se preparó para salir corriendo.

Clavó los pies en el suelo, tanto que parecía que en cualquier momento iba a hacer una grieta en el suelo. Tenía las manos sudadas, esperó que eso no fuera ningún problema al intentar agarrarse a la alcantarilla y cerró los puños.

Hizo una cuenta atrás mental y cuando llegó al “uno” corrió con todas sus fuerzas hacia su objetivo.

Al empezar a correr, sintió que iba a perder el equilibrio por tan repentino acto, pero siguió tan rígido como una vara.

Cuando creyó que ya era el momento, saltó. Abrió la mano, como si fuera un búho a punto de cazar un ratón.

Se agarró justo en el borde, logrando su objetivo, pero ahora tenía que lograr meterse.

Con sus manos, empezó a empujar su propio cuerpo hacia el interior de la alcantarilla, cosa que no era fácil.

—Joder...–No pudo evitar soltar un quejido al aire–

Cuando consiguió meterse por la alcantarilla, se quedó tumbado, intentando recuperar el aire.

Recordó que se prometió no volver a pisar una alcantarilla desde que le hicieron una trampa en secundaria. Bueno, la había roto.

Recordó los momentos que había pasado con Gustabo, las risas que había compartido con él.

Río al recordar las bromas que se hacían entre ellos, realmente pensaba que ellos podían llegar a ser algo.

Echo una última bocanada de aire y se puso a cuatro patas para avanzar hacia el interior de ese agujero que parecía infinito.

Recordó porqué se prometió nunca volver a meterse en una alcantarilla; bichos. Aunque durante el viaje, Volkov, se planteó llamarlos “Mutaciones”.

No puedo describirlos aquí porque provocaría pesadillas, pero eran horribles.

En el camino, trato de esquivarlos lo mejor que podía, pero aún así se arrepintió de entrar allí. Prefería quedarse encerrado en una habitación completamente blanca hasta volverse loco, que estar allí. O a lo mejor estaba exagerando un poco.

Aceleró el paso, emocionado, al ver que ya se estaba acercando a su destino.

Sólo que había un obstáculo; una rejilla de ventilación.

Se acercó e intentó mirar por los pequeños agujeros, queriendo asegurarse de que no había nadie en la habitación.

Efectivamente, no había nadie.

Le dio golpes a la rejilla para abrirla, intentando no ser ruidoso, cosa que no logró. Viendo que no cedía, probó por darse la vuelta y darle patadas con sus pies.

Esta vez sí se abrió, pero temió haber hecho mucho ruido. Contenió la respiración al escuchar pasos, pero esos pasos se disolvieron, así que al final salió de su escondite.

☯︎𝐘𝐚𝐧𝐝𝐞𝐫𝐞☯︎ ☘︎𝒱ℴ𝓁𝓀𝒶𝒷ℴ☘︎ [FINALIZADA]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora