Continuación [2]

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Parpadeo varias veces intentando acostumbrarse a la fuerte luz que se encontraba justo encima suyo.

Se sento en la cama donde se había despertado y se frotó los ojos.

No se acordaba de absolutamente nada y ver qué se encontraba en una habitación pintada de, únicamente, blanco lo confundió más.

Hasta la ropa que llevaba era blanca.

“Pero bueno, qué piensan, ¿en volverme loco con tanto blanco?”—Pensó, molesto–

Observó más detalladamente la habitación, con esperanza de encontrar algo que le sirviera de ayuda para descubrir por qué estaba allí.

Lo único que pudo encontrar fue una cámara de seguridad. Por un momento pensó en sacarle el dedo, pero no quería meterse en más líos.

Dio un mini-salto cuando escuchó que la puerta de la habitación se abría, y con ella, un hombre armado.

—Por fin te despiertas.–Habló el enmascarado–Ven.–

Dicho esto, empezó a caminar. Volkov obedeció la orden y fue tras él, sin saber cómo reaccionar.

Lo único que podía hacer era farfullar, tenía muchas preguntas en mente y no sabía cual utilizar primero.

—¿Me vas a matar?–Preguntó–

—No.–Respondió, seco–

—¿No?–Volvió a preguntar, queriendo asegurarse–

—No por ahora.

Tragó saliva.

El que iba delante se detenió. Haciendo que Volkov casi se chocara con él.

El enmascarado se apartó de la puerta y dejó pasar a su acompañante, aunque este lo miraba esperando a que le diera alguna señal para poder pasar. Como no fue así, entró en la habitación, lentamente.

Era una habitación llena de muebles estilo vintage. Un tocadiscos reproducía una canción que Volkov no fue capaz de reconocer. Realmente era bonita esa habitación.

—Hola, Volkov.–Dijo un sujeto, nuevamente enmascarado, que estaba sentado en un sofá–

Al escuchar su nombre, inmediatamente, giro su cabeza hacia aquella persona que había pasado desapercibida.

—¿Cómo sabes mi nombre? ¿Quién eres? ¿Dónde estoy?

Fue interrumpido por un ligero silbido de serpiente.

El individuo palmeo el asiento al lado de él, en señal de que se sentara ahí.

Obedeció, acercándose aún sin fiarse, se dejó caer sobre aquel sofá y le miró fijamente, esperando para que empezará a explicarse. Pero lo único que consiguió fue un:

—Hay una taza de té sobre la mesa, por si quieres–Ofreció educadamente el extraño individuo–

Miró la taza, qué rebosaba de té en su interior. La miró desconfiado.

—No quiero

El contrario empezó a reírse levemente.

—Es solo una taza de té.–Dijo divertido–

—Podría estar envenenada.–Explicó aún sin quitar su mirada del té–

—Si quisiese ya estarías muerto.–Dijo, ahora con un tono más frío–

—...

—Cómo iba diciendo...–Cambio su tono a uno más amigable y simpático–

☯︎𝐘𝐚𝐧𝐝𝐞𝐫𝐞☯︎ ☘︎𝒱ℴ𝓁𝓀𝒶𝒷ℴ☘︎ [FINALIZADA]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora