Colmillo 02

1.1K 203 131
                                    

Sí, en definitiva, Oikawa no sabía qué era lo que su hermano adoptivo había visto en ese chico

¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.

Sí, en definitiva, Oikawa no sabía qué era lo que su hermano adoptivo había visto en ese chico. ¿Un ángel? ¿Cómo un ángel? ¡Una mandarina andante! Oikawa lo observó desde un lugar seguro, arriba de una montaña y con un paraguas que lo cubría por si acaso en algún momento llegaba a salir un rayo de Sol entre ese día especialmente nublado. Quedó decepcionado. Con su vista evolucionada podía verlo a kilómetros de distancia, y se decepcionó.

¿Ese enano había conquistado a Tobio? El chico no vivía solo, vivía con una niña pequeña que por el parecido, posiblemente era su hermana y también alcanzó a ver a una mujer de cortos cabellos negros con los mismos ojos cafés que el «novio» del príncipe demonio. Su madre, tal vez.

No sabía por qué tenía las expectativas altas, sabiendo que Tobio siempre fue algo peculiar con sus gustos.

No era una belleza exuberante, ni tampoco alguien irresistible, quitándole puntos si venía de la raza humana, ya que no eran igual de atractivos que los vampiros: despeinados cabellos naranjas, rasgados ojos cafés, piel nívea, labios algo carnosos y lo peor era que se trataba de un mocoso inquieto. Tampoco era muy alto.

—Así que éstos son tus gustos, Tobio-chan —acreditó Oikawa, dando un respiro, alejando el paraguas negro que lo cubría de nada por el momento y lo cerró, antes de hacerlo desvanecer en el aire. Sus ojos cafés se alejaron de la escena, haciendo una extraña pose donde pensaba cuáles eran las mejores opciones.

Al final, terminó con tres planes:

a) Acercarse y contarle cosas malas de Tobio para que éste se alejara.

b) Deshacerse de él, ya que era un enemigo. Un descendiente de asesinos de su raza.

c) Llevarlo al castillo. Sí, era buena idea llevar al enemigo a casa...

¡Claro que n-...!

Siendo Oikawa, terminó decidiendo la última opción.

Sonrió ante su plan, y terminó por estirar su capa y acomodó las mangas de su camisa negra, antes de que un chasquido de sus dedos al aire lo terminaran por convertir bajo un espeso humo en un murciélago. Lo llevaría al castillo porque no tenía permitido asesinar a alguien por los acuerdos de paz entre todas las razas regadas en el país encantado Halloween, el lugar donde habitaban todos los monstruos de la enorme bola llamada Tierra; al menos podía ir y comprobar que ese enano no estuviera utilizando a su Tobio para ganar algún tipo de mérito o acabar con él.

 Lo llevaría al castillo porque no tenía permitido asesinar a alguien por los acuerdos de paz entre todas las razas regadas en el país encantado Halloween, el lugar donde habitaban todos los monstruos de la enorme bola llamada Tierra; al menos pod...

¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.
El Prometido Del Príncipe Vampiro [KageHina] | En EdiciónDonde viven las historias. Descúbrelo ahora