EL CASO DEL CIERVO-Adaptación [Seongjoong, Jongsang]《ATEEZ》

II

El contacto visual con ese tipo le había erizado la piel de una forma anormal a Hongjoong y le provoco un escalofrío, a pesar de que solo había durado dos segundos ya que aparto la vista rápidamente y continuó abrazando a su familia. Luego de que las cosas se calmaran y las emociones volvieran un poco a la normalidad, se turnaron para hablar con él.

Primero habló con su madre, la cual no paró de llorar un segundo repitiendo que era un milagro, que no lo podía creer, que sentía que esto era un sueño del cual sabía que despertaría pronto, porque ya lo había soñado. Hongjoong la abrazó muchas veces y llevo una mano de la mujer hacia su corazón, para que supiera que era real, que él estaba allí. Ante el tacto, ella se calmó un poco y tomo la mano del castaño, para luego respirar hondo y hablar fluido finalmente.

Le contó que las cosas estos cinco años habían ido, dentro de todo, normales. Que ella había sabido como sobrellevar las cosas en la familia, para evitar que se derrumbara, porque ciertos días su padre se encontraba triste y furioso, y quería discutir, golpear todo lo que tuviera en frente porque necesito a mi hijo, no sé absolutamente nada de él, no puedo hacerlo, no puedo. También solían visitarlos sus tíos, quienes también estaban devastados y descargaban sus penas en aquella casa, porque la mamá de Hongjoong, siempre sabía cómo mantener la esperanza en una persona. Y por eso mismo, le dijo que jamás había perdido la esperanza de encontrarlo.

Fue difícil hacer que su madre le soltara la mano y se marchara de la habitación, pero lo hizo al fin y al cabo. Vino su padre, quien ya no estaba llorando, y se sentó a su lado. Lo abrazó una vez más y le tomó la mano también. Le contó prácticamente lo mismo que su madre, pero visto desde sus ojos; a veces sentía ganas de salir a buscar a Hongjoong por toda Asia y más lejos, y otras sentía que la esperanza se iba desvaneciendo cada vez más, pero allí estaba su madre, que lograba mantenerla, en él y en toda la familia Kim.

Cuando su padre salió de la habitación, llegó aquel chico lindo y con ojos lindos. Se abrazaron, y luego él suspiró.

— Hongjoong... Te necesitaba muchísimo. No sé cómo he hecho estos cinco años sin ti, y sinceramente dudo mucho que esto sea real... pero en fin. No hay nada que diga lo contrario, simplemente es mi mente que no sabe cómo reaccionar ante esto. Aquí estas. Vivo.

El castaño no supo qué responder. No había recordado aun a ese chico, y se sentía terriblemente mal por ello, ya que parecían demasiado cercanos. Después de todo, había venido de China hasta aquí con su familia. ¿Su hermano? ¿Su primo?

... ¿Su novio?

Hongjoong tragó grueso ante aquel pensamiento y lo miró extraño. El joven notó eso y alzó una ceja.

— ¿Qué sucede?

— Y-yo...— Hongjoong bajó la cabeza— No te recuerdo, perdón... Es decir, si tengo sentimientos por ti... ¡N-no de esa forma, no! O sea, se que te quiero, porque lo sentí cuando me abrazaste, pero no sé qué relación tenia contigo, lo siento...