Capítulo 01

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Lo único que recuerdo es ha gente gritandome cosas que no entiendo y lanzandome objetos y comida, que desperdicio de energías y alimento

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Lo único que recuerdo es ha gente gritandome cosas que no entiendo y lanzandome objetos y comida, que desperdicio de energías y alimento.

Pero después de eso no recuerdo más que mi nombre, y eso porque lo estaban gritando mientras me maldecian, pero eso ya no importa, ahora lo importante es encontrar un lugar donde quedarme y creo que encontré el lugar perfecto.

Bien, recapitulemos todo lo que se sobre mi, mi nombre es Marina Sun, tengo 16 años y ya, es lo único que mi cerebro recuerda

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Bien, recapitulemos todo lo que se sobre mi, mi nombre es Marina Sun, tengo 16 años y ya, es lo único que mi cerebro recuerda.

Ayer, creo, me desterraron del reino en donde vivía por razones desconocidas por mi, y hoy he encontrado una linda cabaña para quedarme solo por esta noche.

- Genial!, encontré un lugar en donde quedarme - dije para mi misma mientras caminaba hacia la cabaña arrastrando el sucio y roto vestido que traía puesto.

- Yo creo que deberías primero rectificar si no hay nadie viviendo jovencita -

Al oír aquella voz desconocida me di la vuelta.

- Es usted el dueño? - le pregunté a ese señor de edad media, parecía tener unos cincuenta años, mínimo.

- Si, así es, señorita - el señor se acercó a mi y me miró de pies a cabeza - que hace alguien de la realeza por aquí?, y hablando sin ningún modal? -

- No sé, perdí la memoria así que no podría decirle bien porque, aunque si mal no recuerdo me desterraron - dije rascandome la nuca.

- Ya veo, pues debiste ser muy mala persona como para que te desterraran jovencita - dijo el señor caminando hacia su casa - pero yo no soy quien para juzgarte, así que, quieres pasar a mi humilde morada? -

- Claro! - dije mientras corría, haciendo que tropiece - eso dolió - dije parandome como si nada y yendo con el señor.

El cual se reía de mi discretamente.

Ambos entramos a la casa del señor, me dio unos ropajes para poder cambiarme y me dio un cuarto, con la condición de que trabajaría con él y ayudaría en los quehaceres con él.

Eso sonó muy bien, así que acepté.

- Muchas gracias por dejar que me quedé señor -

- Digame Cesar señorita -

UNA VILLANA SIN MEMORIA Donde viven las historias. Descúbrelo ahora