Capítulo 02

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El camino fue largo, pero después de unas tres horas, llegamos al reino

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El camino fue largo, pero después de unas tres horas, llegamos al reino.

Entramos por un lugar vacío, hasta llegar a una gigantesca mansión.

Acaso esa era mi casa?!

- E-es gigantesca la casa! - dije emocionada y bajandome del carruaje en movimiento, con los gritos asustados del señor.

- Espera, eso es peligroso!! -

Yo ya estando abajo, mire todo el lugar, aquí si podría practicar bien mis movimientos de pelea y de arco con flecha, o también podría cultivar varias cosas.

Estoy muy emocionada por hacer eso.

Camine hacia la entrada y pude observar que ahí me esperaba la señorita de hace un día, la cual parecía muy feliz de verme ahí.

Corrí hacia ella pero me detuvo el señor, el cual parecía muy enojado.

- Eso fue peligroso, acaso eres un animal salvaje para hacer eso?! - me dijo muy enojado, aunque no se porque, simplemente me avente.

- Perdón señor - le dije dándole una reverencia para seguir con mi recorrido hacia la señorita, dejando boquiabierto al señor, cómo debí de ser para que se sorprendan solo con mi actitud normal?.

Yo corrí hacia la señorita y le di una reverencia, no se pero con ella me siento un poco más cómoda.

- Buenas señorita, me da gusta verla otra vez - le dije junto a la reverencia.

- Me da el mismo gusto Marina, espero te sientas cómoda en tu hogar -

- Espero lo mismo -

- Ven pasa, debes cambiarte, hoy irás con el rey para disculparte personalmente por todos los daños que causaste en el pasado - dijo abrazándome delicadamente.

- Esperen - dije a ambos los cuales me miraron confundidos - se que no estoy en posición de pedir nada, pero, podría pedirles unos favores? - dije mirándolos sonrojada.

- Claro! - dijo la señorita.

- Puedo seguir vistiendo mis botas y seguir haciendo las actividades que hacía en mi pueblo? - pregunté muy apenada ya que parecía que me estuviera aprovechando de la situación.

- N-

-Claro que sí hija! - dijo alegre la señorita.

- Pero amor - dijo en un susurro que alcance a oír.

- Claro que puedes, así demostraremos que no eres la misma, pero eso sí, a cambio mejoraras al menos un poco tus modales, estamos de acuerdo? - dijo algo en lo que el señor estuvo de acuerdo.

- Si, sin duda - dije abrazándola - prometo que los mejorare y los haré sentir orgullosos - dije en el abrazo, sin duda me había tocado tener unos padres maravillosos.

UNA VILLANA SIN MEMORIA Donde viven las historias. Descúbrelo ahora