Ninguna de las dos partes fue culpable de los sentimientos que se dieron en lo que teníamos, ninguna de las dos partes fue la culpable de que esto terminará en un adiós definitivo después de salvarnos la vida en incontables ocasiones. Por mi parte, no te culpo de haber huido, pero sé que por tu parte, me culpas de lo confuso que fue el sentir que tenías por mí, y lo lamentó, pero ya no pienso en regresar después de partir.
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LOS MENSAJES QUE NUNCA MANDÉ.
RandomTanto que pensamos, tanto que escribimos y tan poco que mandamos.