Esa canción era la necesitada...

4 1 0
                                    

Me levanté de una, otra vez tratando de coger bien el valor necesario. Que era todo. Mi madre se quedó sorprendida, pero cuando se le pasó a los segundos insistió en que fuéramos rápido. Solo faltaban 2 minutos.

Salí corriendo de casa con ella detrás. Me hizo gracia verla correr ciertamente, y encima siguiéndome. Fui más rápido para que se quejara, pero no lo hizo en ningún momento, solo se aguantó.

Luego me coloqué mis cascos y así con música motivadora logré ir mucho más rápido, hasta el punto de que casi la pierdo por el camino.

La calle era estrecha, lo cual nosotras íbamos por el paso de cebra igualmente. Lo importante aquí era llegar. ¿El obstáculo? Casi me tropiezo con unas cinco abuelas, pero bueno..
Ah sí.. y casi le tiro las frutas a una señora con su hijo. En todos los casos me disculpé.

Hasta que envuelta por el sentimiento que producía en mí aquella playlist llegamos, y al ver todo tan triste volví a decaer ¿Yo poniendo ese tipo de música en un funeral? ¿Acaso estaba mal? Me arrepentí, pero no podía haber ido de otra manera. Enserio.

Encontré a muchísimas personas sentadas en sillas, las cuales tenían nombre por invitado. Después un micrófono, que supongo era para las típicas palabras de despedida. Esperaba no tener que hacer aquello. Pero no le di importancia. El suelo estaba lleno de flores diferentes y esparcidas. Las cuales casi que ya estaban destrozadas al pisarlas la gente sin querer. No sé la razón pero me dió tristeza.. con lo bonitas que son.

Después de unos segundos observé a mí madre sudada que acababa de llegar. Me sentía culpable. Pobrecita.. por mi culpa se había pegado la maratón del siglo. Era mi culpa. Esas no eran pintas para entrar, aunque esperaba que no le dijeran nada.

Me senté rápidamente en mi silla esperando a que pasara un ángel. Solo tenía mi música a tope, y pues no pude evitar cambiar la playlist porque pensaba que era de mala educación. Era la triste. En un enterramiento era lo normal, ¡Pero no quería llorar!.

Hasta que observé a una de mis mejores amigas sentarse al lado mío. Me quedé sorprendida. Pero no pude pensar más ya que empezó a hablar.

- ¿Porqué no me contestabas los mensajes?- me preguntó confundida, a la vez que preocupada. Y yo me sentí mal, sobretodo al recordar que la tenía en silencio. Ya que en ocasiones se ponía a petarme el móvil de stickers, y la verdad que no era muy agradable.

- Lo siento..- contesté simplemente. No es que tuviera muchas ganas de hablar.

- ¿Qué te pasa? Pareces decaída. No me gusta verte así y lo sabes- me dijo acercándose más a mí para ver mi cara gacha. Yo no me sorprendí, ella era así siempre. Y me gustaba que lo fuera.

- ¿Que crees?- le contesté tratando de aguantar una lágrima que se me iba a salir. Me puse una canción motivadora. Ya dije que no quería llorar. Aunque me sentí culpable de nuevo, pero no hice nada.

- Bueno sí.. porque mira dónde estamos..- dijo arrepentida de haberme preguntado. Después se quedó callada con la cabeza gacha. Aunque era normal que lo preguntara, siempre lo hacía.

- No te tienes que arrepentir- dije rompiendo el silencio antes de que fuera más abrumador. Ella se preocupó por mí demasiado. Era lo mínimo que podía decir para calmarla.

- Gracias- me contestó orgullosa. Yo la miré sonriendo.

- Espero que esto se pase rápido- admití rápidamente, ya que me estaba poniendo nerviosa aquel duelo de miradas. Ella me observó sorprendida.

- Supongo que te ha costado mucho venir aquí..- me afirmó, ya que me conocía. Y no, no se había equivocado. La miré, para hacerle saber que tenía razón.

Has llegado al final de las partes publicadas.

⏰ Última actualización: May 01 ⏰

¡Añade esta historia a tu biblioteca para recibir notificaciones sobre nuevas partes!

 ⚡Tú me lograste iluminar ✨ ...Donde viven las historias. Descúbrelo ahora