Mentiras

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© 🐇 . ꫀ​ノ ː͡➘₊̣̇

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Con repulsión, trago por quinta vez el esperma del hombre que le prometió su ayuda.

Sintiendo, como su garganta quemaba por la penetración ,sin ningun cuidado, que  tuvo.

Después de todo lo malo siempre venia lo bueno ¿verdad?

Como pudo, abrio sus adoloridos labios para permitirse hablar.

Más bien, reclamar lo que debía.

"¿ Me lo dirás ? ¿verdad?".  La respiración agitada se hizo notar, subiendo su pecho de abajo para arriba , y asi sucesivamente.

Nada.

Solo sé escuchaba el sonido del metal del cinturón y el cierre del elegante pantalon cerrándose.

Y volvió hablar.

" Oye ¿Me estás escuchando?". Se estaba inquietando. Su ceño se fruncio por la falta de respuestas a sus preguntas. "MIERDA ¡¿ME ESTÁS ESCUCHANDO?!". Reclamó el rubio. Unas inmensas ganas de llorar llegaron, sus ojos picaban.

Un estruendo sonó en toda la metálica habitación.

El contacto de una mano con su mejilla aumentaron aquellas ganas de llorar, sin más, no lloró.

Su rostro describía a la perfección , El engaño. Habia sido engañado de la peor forma posible.

Los ojos abiertos como platos y perdidos en quién sabe donde.Su rostro seguía en el mismo lugar que la cachetada lo había dejado.

No quería permitirse llorar delante de la cosa que se hacía llamar ser humano.

"No todo es de rosas, Inui". Decidió ser él quien aclararia las cosas. "No se y me importa lo que hiciste para terminar así". Habló serio el Haitani mayor. "Pero , de que vas a pagar , lo pagarás".  Carcajeo divertido. Él sabía lo que pasaría después de su sesión de  cariñitos.

"¿Qué es lo que harán conmigo?". Su voz se rompía.

Ninguna palabra que le arreglaría su preguntas se inmutó salir de la boca de él de traje.

En cambió, esté amarró con más fuerza las cuerdad que tenía, asfixiando lo y apretando su cuerpo.

Miedo.

Trató de escapar de lo ajustado que estaba, moviéndose de un lado para el otro, terminando en el suelo gracias a un mal desplazamiento y falta de equilibrio que le otorgó aquella silla de madera. Estampando su rostro contra el frío y grande bloque de semento.

Otra vez sus heridas ardían con mucha más dolor, torturandolo.

Su mirada captó unos finos zapatos acercándose a él, poniéndose en cuclillas , en una altura donde los dos se puedan mirar.

"Te agradezco mucho por la mamada. Estuvo de puta madre. Tienes una boquita exquisita". Declaró con una sonrisa en su rostro.

Esto enfureció y enfermó Seishu.

" Eres un hijo de puta, que solo busca compañía con prostitutas baratas. ¡¿Y SABES POR QUÉ?! ¡POR QUE NI EN TU MOROÑOSA CASA DE MIERDA TE QUIEREN!". Gritó enojado. Ya no le importaba lo que pasaría con él. Todo se fue a la mierda cuando confió en esa rata andante nombrada Manjiro.

Golpeó con su puño el machacrado rostro de Inui.

Uno, dos, tres... y más golpes.

Su mirada se apagaba y observó toda la habitación.

No me dejes, porfavor  ✓Donde viven las historias. Descúbrelo ahora