Severus se despertó con el sol ocultándose, se había quedado dormido luego de que Harry se fuera, los últimos vestigios del sol entraban por la ventana pegando en el suelo de madera. La habitación estaba anaranjada. El ojinegro se llevo una mano a los ojos, era la misma que seguía sosteniendo el pañuelo blanco de Harry, dejo el pañuelo en sus ojos y respiro profundo, el perfume del menor llego a sus fosas nasales, olía a galletas.
- ¿Drogándote con mi olor? -
Severus se saco el pañuelo y miro al menor que estaba apoyado contra la puerta, el sol pegaba en la mitad de su rostro, las tonalidades naranjas le daban una apariencia mágica al chico que le sonrió.
- Tal vez -
Harry rió ante la respuesta del mayor, se acerco a la cama y se sentó en el borde, observo unos segundos a Severus antes de hablar.
- ¿Quieres salir al jardín? -
- ¿Tienes ganas de ver las rosas? -
- De salir un rato contigo -
- Me parece bien -
Ambos llegaron al borde del jardín de rosas cuando ya había vestigios de la noche en cielo, Harry fue a la caja de luces y prendió los faroles que había a sus alrededores. Severus admiro el rostro de Harry iluminarse bajo las luces anaranjadas de los faroles.
- ¿Dormiste bien? -
- Si, ¿Que hiciste tu mientra dormía? -
- Unas tareas que me encomendó mi madre -
- ¿No fue tu castigo por no querer ir con ellos? -
- En parte, pero ellos no me interesan ahora, ven -
Harry camino hasta la entrada del jardín, las rosas blancas a su alrededor lo hacían ver hermoso, parecía un hada admirando su creación. Severus lo siguió, encandilado por la belleza del menor que se paro en el centro del mosaico.
- Te vez hermoso -
Harry sonrió pero bastante avergonzado porque sus mejillas estaban bastante rojas por el halago de Severus. No supo que lo impulsó a tomar de la cintura a Harry, tal vez era el aire fresco que choco contra sus rostros o un repentino ataque emocional, pero quería sentir al menor más cerca. Harry se dejó, sabía que no había nadie en casa, sus padres luego de aquel paseo pasarían la noche en la casa de su tía y los padres de Severus volverían entrada la noche. Parecía el momento perfecto para que estuvieran solos, para que pudieran dar rienda suelta a sus deseos y sucumbieron a los pensamientos que llevaban reprimiendo desde hace mucho.
Severus acaricio las mejillas de Harry, el ojiverde le sonrio antes de besarlo, ahí eran libres, no había nadie que les dijera que estaba mal besar al otro. Eran libres de sonreírse con amor, besarse, abrazarse y decirse palabras lindas. Eran simplemente ellos.
- Sabes, ¿Es normal que hagas acelerar mi corazón? -
Severus sonrio y acaricio el perfil del ojiverde que esperaba expectante su respuesta.
- No lo se, es posible, tu haces acelerar el mio -
Harry sonrio complacido con la respuesta y volvió a besar al mayor enredando sus brazos alrededor de su cuello, Severus rodeo la cintura estrecha del chico y correspondió el beso. Inmersos en su burbuja no escucharon el ruido de las ruedas del auto de los Prince frenar en la grava.
Harry miro a los ojos a Severus dispuesto a decirle lo que su corazón llevaba callando desde hace un par de años.
- No creo que los amigos se besen de esta manera, Severus -
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El Jardín de las Rosas
FanfictionCuando Anabeth llego a la casa de su abuelo la primer pregunta que le hizo fue con respecto al origen del jardín de rosas que había en el fondo del patio, sin saberlo se había convertido en una de las pocas personas que conocía la historia detrás de...