Capítulo I

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Capítulo I

"Por fin encontré un novio digno para ti, cariño", anunció el padre, mientras se limpiaba los labios con una servilleta.

Sentada sobre las rodillas de mi hermano mayor Cesare, sentí la necesidad de correr de regreso a mi habitación y vomitar toda la comida que acababa de comer.

Mi segundo hermano, Enzo, que había estado masticando con afán una quenelle maloliente, golpeó el tenedor y gritó de protesta.
 
"¡No otra vez! Padre, ¿cuántas veces han sido ya?

"Enzo".

“¡No han pasado ni tres meses desde que se canceló su último compromiso! Independiente de lo que nuestra familia ganaría con este matrimonio, ¿no debería, al menos, tratar de considerar sus sentimientos? "

“Qué sorpresa verte del lado de tu hermana pequeña. Entonces, ¿preferes luchar contra los bárbaros tú mismo en lugar de aceptar el apoyo de Britannia?

"¿De qué está hablando? Esos salvajes bárbaros del norte no tendrían ninguna posibilidad contra un guerrero como yo, el soldado más fuerte y noble que ha..."

"Cierra la boca, niño".

El gran noble soldado tomó el resto de la quenelle en su plato y se lo metió en la boca, masticando con furia en modo de protesta.

Sin embargo, la propuesta de matrimonio no me sorprendió. Sabía que llegaría tarde o temprano.
 
“¿Quién es, padre?”, Le pregunté alegre.

Mi padre, que había estado mirando con desaprobación a Enzo, miró hacia mi y sonrió.

“Es el héroe de Britannia. El amado sobrino del rey y famoso caballero del Sur. Es muy guapo, estoy seguro de que te gustará ".

"¡¿Qué?! ¡Padre!, ¿sabes lo mala que es su reputación?

"Niño, ¿estoy hablando contigo?"

Enzo se quedó callado de nuevo.

Ninguno de ellos tenía idea de que este apuesto caballero algún día masacraría a toda su familia. ¡Oh, pobres miserables criaturas de este mundo!

"¿Ruby?"

Mientras fingía vacilar por un momento, Cesare, que había estado acariciando mi cabeza, me llamó de nuevo. Esta vez, sus largos dedos tocaron la parte de atrás de mi cabeza. Me estremecí en repulsión. Se sentía como una serpiente fría deslizándose por mi cuello.

Con suavidad levanté la cabeza y miré a Cesare a los ojos. Después de mirar sus espeluznantes ojos azules, cambié mi mirada hacia Enzo, quien fruncía el ceño en descontento, y luego hacia la señorita Julia y mi padre a su lado, ambos sentados erguidos, serenos y dignos como siempre.

"Gracias Padre. Estoy agradecida de que al menos pueda serle útil con este matrimonio".

Cesare curvó sus labios en una extraña sonrisa suave y los presionó contra la parte superior de mi frente.

"Perfecta como siempre, nuestro dulce angelito", susurró.
 
Ahora sí me dieron muchas ganas de vomitar.

Pero tenía asuntos más urgentes que atender que vomitar. Después de todo, el apuesto caballero del Sur también quiere matarme.
 

***

Con ese inesperado accidente aéreo, pensé que mi tediosa vida por fin había llegado a su fin y que por fin podría descansar. Pero si hubiera sabido que reencarnaría como una dama en la era del Renacimiento y como un personaje de una novela que había leído hace mucho tiempo y, para empeorar las cosas, me vería obligada a sobrevivir en un entorno que era de igual manera tan vil como mi vida anterior, ¿Aun habría pensado de la misma manera?

Cómo poner a mi esposo de mi ladoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora