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| Las Islas del Sur |

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| Las Islas del Sur |

Hace un día había pasado una de las mejores noches de su vida con su hermano, estaba bien, al menos por ahora. Su padre le había dicho que tendrían que volver una semana antes de lo previsto por un accidente con el papeleo pero aún le quedaban cinco días para el tedioso viaje en Jett.

A diferencia de antes, está vez no tenía a sus damas para hacer la tarea por ella, así que se hizo a la idea de que estaría haciendo sus maletas sola. Genial.

Caminó por la orilla de la playa pensando en su verano, definitivamente no era como lo había planeado en un inicio, ni siquiera la mitad de bueno, pero no era tan malo, no si podía escabullirse con Henrey a mitad de la noche a las cocinas y robar comida. No podía imaginarse lo que sufrió su madre siendo hija única, no se veía a ella sin su tonto hermano menor, podría vivir sola con cien gatos si Henrey la visitaba una vez a la semana cuando fueran adultos ambos.

Arrastró los pies a una roca gigante en medio de su camino y se sentó ahí. Escribió un mensaje en su teléfono y espero por la respuesta de Jhana, su prima podía vivir en la otra punto del mundo, pero seguía siendo su mejor amiga.

-¿Buscando paz en medio de la guerra? -soltó una exclamación del susto, parecía que últimamente todos disfrutaban asustándola, al reconocer la voz del sujeto, se paralizó -Vengo en paz -levanto las manos a la altura del rostro y simuló ondear una bandera, soltó una risa ante su ocurrencia y lo saludo.

-Hola, Apolo, ¿Qué tal? -se abofeteó mentalmente, que idiota, eso era tan patético y común.

-Ah... ya sabes, tratando de sobrevivir en esta cruda realidad que es la vida, ¿Y tú? -murmuró como si fuera cosa de todos los días.

Nunca cruzo muchas palabras con Apolo Benjamín Beast, y de todas maneras sabía por opiniones públicas que era una persona intelectual de diccionario extenso y de carácter apasionado, un poco intenso, le gustaba demostrar sus sentimientos o convicciones de la manera más poética que pudiera.

-Vivo, supongo -él soltó un bufido de risa y se disculpo de inmediato, pero ella ya se sentía lo suficientemente avergonzada.

-¿Que hace una chica como tú por estos lares tan solitarios? Por el aspecto decaído que noté a lo lejos es que estás deprimida o recordaste algo que te hace sentir nostálgica, tal vez la muerte de tu abuela o algún problema que estés afrontando ahora -la ola de palabras que dijo la marearon un poco, sin embargo, cuando pudo comprender a qué se refería, negó rápidamente.

-No estoy triste, solo recuerdo el mejor verano que planee con mis amigos al que no pude ir, en fin, ahora estoy aquí, ¿No? No hay nada que pueda hacer para cambiarlo -Apolo era alguien que se sentía orgulloso de decir que tenía un IQ superior al resto, ¿Por qué justo ahora no entendía que quería decir esta chica?

-Por supuesto... comprendo que no quieras decirme, después de todo soy casi un desconocido -ella apretó los labios en una línea recta y asintió, él de igual forma asintió y se sentó en la incómoda roca, mirando el colorido atardecer con ella -. Sé que no somos amigos consolidados y que nuestras mamás prácticamente se profesan un perfecto odio mutuo pero ambos nos conocemos desde que llegamos al mundo, puedes contar conmigo para lo que suceda sin pestañear en que me negaré a escuchar -otra vez no pudo comprender rápidamente, cuando hubo repasado las palabras en su cabeza, asintió.

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