CAPÍTULO 4

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Debido a la oscuridad que habitaba la noche no fue capaz de discernir a la persona que se encontraba a su lado, sólo vió como esta se movía rápidamente y huía de ahí.

Mikasa alzó una ceja confundida, no esperaba realmente nada de esa persona, pero le ahorró una conversación, ya que había huido. Aún así le entró curiosidad ya que a nadie se le podía ocurrir salir corriendo de alguien de la realeza. Despertó interés en Mikasa.

Inconscientemente recordó su conversación con Eren. Ella conocía al joven y reconoció rápidamente que él no tenía intenciones de casarse con ella. De alguna forma ansiaba volver a los días de su niñez en los que visitaba Eldia y no se debía preocupar por el matrimonio, sólo se divertía junto con Armin y Eren. Nunca volvería a esos días, a excepción de hoy.

Permaneció en la fuente y pocos minutos trás esperar aparecieron dos jóvenes que venían acompañados de tres bestias hermosas.

— ¡Carbón!— murmuró Mikasa con sorpresa mientras se acercaba al portador del nombre.— Has crecido mucho.

Eren y Armin rieron debido al nombre del corcel de la hizuru y es que no era muy común aquel nombre, sin embargo era perfecto debido a los colores del caballo. A diferencia de Mikasa, el Jeaguer tenía un caballo corredor y guerrero llamado Argos, con colores menos oscuros, en cambio, Armin una hembra llamada Alyssa, totalmente opuesta a los colores de sus compañeros.

Sin mucha dificultad, la Ackerman subió en su corcel y se adelantó a los jóvenes, todos conocían el lugar, por lo que iba a haber una carrera. Ella estaba totalmente feliz.

Hacía años que no iba a aquel hermoso lugar. Debían darle la vuelta al bosque, de hecho, estaba prohibido entrar en él, aún así, el camino era divertido. Una vez pasaban toda esa arboleda frondosa, llegaban a una especie de claro donde árboles muy juntos formaban un semicírculo y en el centro se encontraba un hermoso lago que reflejaba la luna, se formaban a partir de una cascada que también se encontraba ahí. Lleno de vegetación, el segundo lugar favorito de la hizuru después del mar.

Eren fue el primero en llegar. Usualmente, la Ackerman se quejaba diciendo que hacía trampas, mas esta vez no hubo ninguna queja.

Con cuidado, atravesaron todos los árboles y llegaron al lugar fantástico.

Mikasa estaba muy ocupada observando cada detalle, sin ser consciente de que los chicos estaban acostados en el suave pasto verde.

Armin esperaba que su amiga hiciese algún comentario respecto a lo que estaba observando, pero no obtuvo nada, sólo sintió como la azabache se sentaba en medio de ellos y también miraba las estrellas. El Arlet comenzó a hablar sobre la posición de los astros dejando a Eren medio dormido pero teniendo a una alumna muy atenta.

— ¿Por qué no te acuestas, Mikasa?— interrogó el rubio de forma inocente y la joven de la misma forma tiró su espalda hacia atrás.

Bastaron pocos minutos para que Eren se empezará a remover nervioso y de un momento a otro se incorporase y alejase de su compañera.

La azabache reconoció ese gesto y simplemente suspiró.

— ¿Qué sucede con Eren?— cuestionó la Ackerman mirando al cielo con la frente arrugada, muestra de su molestia.— Yo tampoco tengo deseos de casarme con alguien como él.— sonó totalmente insegura, pero Armin, que la escuchaba, no iba a decir nada al respecto.— Sé que tiene a una mujer, Armin.

El mencionado saltó al momento. Estaba totalmente seguro que él había evitado que Mikasa supiese el hecho de que su mejor amigo tenía encuentros con otra joven, la cuál, Armin mismo ya conocía perfectamente.

Deep In A Kingdom {EreMika}Donde viven las historias. Descúbrelo ahora