No es lo mismo amar que querer y aunque algunos digamos que son sinónimos, ocultan sígnificados completamente diferentes, con magnitudes completamente diferentes.
Decimos te amo a las personas que anelamos que nunca desaparezcan de nuestras vidas.
Y decimos te quiero a las persones que no conocemos a fondo, pero que a su vez le tenemos gran estima con lo poco que sabemos de ella.
Amar es para siempre y querer es temporal.
Pero dentro del amor, dentro del amar siempre hay sufrimiento.
Todos deseamos ser correspondidos, tener tu otra mitad, tener un mejor amigo como un hermano o tener una pareja que te entienda y te aprecie, que nunca desaparezca.Pero también, cuando tenemos a alguien en esos puestos pedimos por más, pedimos a alguien mejor y clasificamos a esas personas antiguas como menos.
¿No somos egoistas al pedir por mas? ¿a alguien mejor?.
Cuando nos dañan, nos hacemos creer que tras esa dolorosa época de dolor vendrá alguien a sanarnos y a ocupar el vacio que nos queda tras la tormenta y la lluvia de lágrimas. Nos decimos "no nos merecemos a esa persona, e igual vendrá alguien que si pueda ocupar ese lugar y sea el adecuado"Ya sea las palabras para animar como para fortalecernos, siguen siendo palabras egoístas, palabras que bajan a la anterior amistad o pareja a un nivel despreciable. Por que bien sabemos, que cuando aquella persona fuera de tu vida vuelve a aparecer frente a ti, las palabras que aparecen en nuestras mentes son descripciones de la mala persona que ha llegado a ser.
"Ni aunque me suplique volveré con el". Seguimos diciendo en nuestra época de dolor. Puede ser que estemos cegados por el dolor en ese momento, más aún nadie vuelve a tener una relación estable con la persona fuera de nuestras vidas.
No aprendemos a olvidar, nadie enseña a olvidar. Crecemos con el presente y nos hacemos fuertes con el pasado para cuidarnos del futuro.