—...esperemos puedan volver todos a casa con mucha precaución y cuidado, hasta luego
Lo último que pudo escuchar fue como el micrófono era apagado, miro con claro desinterés hacía los demás que lo rodeaban, y ahí estaban todos junto a su profesor, guardando sus cosas. Un repentino diluvio se avecinaba y la escuela los estaba sacando para poder volver a casa, cosa que a decir verdad no le interesaba
Guardo como los demás todas sus pertenencias, pero él no se dirigió hacía la salida cuando estuvo fuera de su salón, simplemente se quedó en el segundo piso, llendo inconscientemente hacía el salón de ese chico
Rindou penso muy seriamente, era una estupidez, pero no lograba poder calmar su miedo de que le pasara algo. Así que creyendo que probablemente él ya se hubiera ido, abrió la puerta del salón lentamente, pero lo encontró ahí, sentado en su pupitre con la mirada en el suelo y todas sus cosas aún sin guardar
Se sorprendió, ¿No tenían que salir ya? Inseguro de hablar, se arriesgó a un simple insulto, tal vez no sabía lo que sucedía
— Oye, ya tienes que irte, habrá un diluvio pronto
Trató de verse lo más natural que pudo, pero los nervios estaban apoderandose de él, y no por tener que llegar rápido a su casa, si no por el hermano menor de los gemelos.
Le gustaba desde hace mucho. No tenían una excelente comunicación, él siempre lo alejaba y prefería seguir a su hermano o estar con ese chico alto rapado...
Ante la evidente falta de una respuesta, iba a volver a hablar, pero fue interrumpido por una respuesta inmediata a sus pensamientos
— Veté, t-tengo que esperar
Notó el nerviosismo con él que el menor habló, hubo sorpresa evidente en su rostro, y entonces pudo darse cuenta
Estaba temblando, sus manos se aferraban con fuerza al pantalón de la escuela y sus mejillas estaban ligeramente húmedas. ¿A caso estaba enfermo? Cerro con sumó cuidado la puerta detrás suyo y caminó despacio hasta un lugar a lado de él, manteniendo la mirada fija
— Souya, ¿Estas bien?
De repente, un estruendoso ruido se escuchó por todo el lugar y un destello se asomó por la ventana, eran los truenos. Se sobresalto un poco, pero fue solo cuestión de segundos cuando escuchó pequeños sollozos frente a él, el menor de los Kawata estaba llorando y parecía temblar aún más que antes
Esta situación lo alarmo enseguida, se levantó con rapidez y de un impulsó tomó al chico del rostro para mirarlo
— S-souya, ¿Qué pasa?, ¿Te sientes m- —antes de terminar de hablar, sintió unos brazos aferrándose a él y su cuello siendo empapado de varías lágrimas. Lo estaba abrazando...— mal?
Miro hacía la ventana y ahí se dió cuenta, la lluvía había empezado, ¿A caso Souya tenía miedo de los truenos?
Ni siquiera se preocupo en preguntar, solamente todo al chico y lo abrazó atrayendolo aún más hacía él, si tenía miedo, entonces tenía que sacarlo de ahí. Alejo el rostro del menor un poco y trato de sonreír un poco para calmarlo, nunca habia estado en una situación como esa, pero cuando tenía miedo a la oscuridad de pequeño. Ran siempre estuvo con él
— Ven, —tomo su mano y con algo de rápidez lo llevo hasta la parte trasera del salón, donde lo refugio en la esquina del mueble donde estaban todos los libros, dándole la espalda a la ventana— e-espera un minuto, guardaré tus cosas y saldremos de aquí, ¿De acuerdo? Cubre tus oídos, no me demorare
