Capítulo único

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Déjame contarte una pequeña historia que pasó hace mucho, mucho tiempo…

En un pueblo alejado en las montañas una joven doncella vivía con su familia rodeada de sus amigos y vecinos quienes le tenían en gran estima, cabellos negros como una noche sin estrellas y una mirada azulada con un brillo gentil.

En una noche sin estrellas con una luna brillante perdida en las montañas escuchó la suave melodía de un instrumento de cuerda, tan dulce y gentil que le hizo sentir segura, lo siguió lentamente encontrando a un joven de mirada tranquila.

Ese día conoció al solitario “Demonio de las montañas”.

Comencemos por el principio …

La joven dama vivió toda su vida en aquel pueblo, naciendo muda se hizo conocer en el pueblo como una niña que aprendió a comunicarse a través de escritura y dibujo llevando consigo siempre una libreta de color marrón. Sus padres siempre la trataron con mucho cariño y esperaban que pudiese vivir con alegría y comodidad, dejando que ella se volviera independiente valiéndose por sí misma.

Su vida pacífica no duró mucho después de que cumpliera 18 años, pues su madre tras haber ido al bosque a conseguir algunos alimentos fue atacada por un lobo que le dejó una gran herida mortal en la parte del pecho. El médico que la trató dijo que solo la rosa sagrada la salvaría, una flor que era como una leyenda que no fue vista en miles de años, la joven estaba devastada, ella no quería perder a su madre.

Iré al bosque a traer las hierbas medicinales para tratar sus heridas… mostró la libreta a su padre ─ Madre logrará recuperarse, no me rendiré…

─ Hija mía, no debes ir… iré en tu lugar, tu madre no soportará si algo te sucede, acompáñala y cuídala.

La fémina negó con la cabeza y sin dejar que nadie la detenga tomó suficientes provisiones saliendo de casa.

─ ¡Hija! ¡Kira! ¡Vuelve!... gritó su padre detrás de ella y tomó su brazo para evitar que subiera a la montaña ─ No dejaré que vayas.
Padre… es mejor que se quede en casa… hay cosas que solo usted puede hacer… Sonrió tratando de transmitir la tranquilidad que sentía, tomó la mano de su padre con gentileza y asintió con su cabeza dejando a su padre quien la miraba preocupado.

─ No importa cuanto insista, ella simplemente hará lo que decidió… se lamentó el hombre mirando la figura de la mujer que se alejaba a paso lento con una canasta en una mano donde se veía una libreta de color café.

Kira caminó lentamente mirando el paisaje del bosque mientras en su mente tarareaba la canción que su madre solía cantar cuando era una niña “no importa qué, debo volver con rosa para tratar con mamá, no debo perder la esperanza” bajó la vista recordando todos los momentos que vivió con su madre.

Una señora de no más de 28 años se encontraba bordando un pañuelo de color rojo con hilos dorados mientras que una niña de 8 años se encontraba jugando con una muñeca de trapo cuando la vela de aquella casa se apagó y la pequeña niña se asustó cayendo al suelo mientras trataba de alcanzar a la mujer cerca de ella, no se escuchaba ningún ruido más que la fuerte respiración de la pequeña quien se encontraba llorando.

La mujer de cabellos negros se levantó con cuidado y prendió la vela y fue a levantar a la niña quien la miraba con ojos llenos de lágrimas.

─ mi pequeña Kira, mamá está contigo no temas… limpió las lágrimas de la niña y le sonreía cálidamente comenzando a cantar una suave melodía con una dulce voz.

Los pequeños brazos se enredaron en el cuello de la mayor, Kira se apoyó en el cuerpo de su madre y escuchó los latidos del corazón sintiéndose completamente segura…

La tumba de las RosasDonde viven las historias. Descúbrelo ahora