•Mundo Paralelo•

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Rin suspiró.
—¿En serio ustedes disfrutan esto, verdad? —miró a Sesshomaru en la silla al lado derecho de la suya, luego a Azmodan de pie de su lado izquierdo.




Azmodan se inclinó hacia ella, su rostro quedó frente al suyo.
—Estás con el Dios oscuro y con el Gran Inu DaiYōkai, ¿Qué esperabas, mi amor?




Rin miró nerviosa a Sesshomaru; él la observaba con el rostro ladeado hacia su dirección y una media sonrisa en sus labios.





—¿Miedo, cariño? —la voz del emperador sonaba grave y ronca.





Ella tragó con difícultad y volvió la mirada, el rostro de Azmodan la estudiaba con una expresión divertida como la de Sesshomaru; cerró los ojos y exhaló para después abrirlos y mirar hacia el frente dónde la imagen de Kagura estaba unos metros hacia abajo.

—No, no tengo miedo.




Azmodan miró a Sesshomaru y le sonrió cuando él le miró de vuelta.
—Muy valiente —murmuró antes de besar la frente de Rin y ponerse de pie.



Sesshomaru posó la mano en la pierna de Rin por sobre el vestido y acercó el rostro hacia ella.
—Veamos, Rin, cuánto tiempo soportamos... —le susurró al oído.



Rin volvió el rostro hacia él y entreabrió los labios.
—¿Qué...? —susurró sin aliento al ver esos ojos dorados sobre ella.




Azmodan sonrió e hizo un leve movimiento con la mano y las cadenas comenzaron a sonar indicando que iniciaría todo.



Rin miraba al frente unos metros hacia abajo cómo las cadenas del cuerpo de Kagura eran haladas a cada extremo de la habitación dejando escuchar sus gritos agonizantes de dolor mientras sus cuatro extremidades comenzaban a ser estiradas.
El cuerpo de Rin se estremeció cuando en el espacio ecoso se escuchó el quebrar de algunos huesos.
Era demasiado.
Trató de divisar tanto a Sesshomaru como a Azmodan, pero no se atrevió a enfocar su mirada en ellos. No quería ver ese brillo de excitación en ellos ante lo que estaban presenciando, con saberlo era suficiente. Con sentirlos era suficiente.
Podía notar el pecho de Sesshomaru subiendo y bajando mientras ladeaba el rostro, pero no hacia el frente; podía sentir esa mirada centellante sobre ella y esa mano sobre su muslo apretando su piel ligeramente.
De igual forma que sentía la mano de Azmodan sobre su hombro izquierdo, apretando su piel como si intentara darle fuerza... O retenerla. 

Rin trató de prestar atención el grotesco espectáculo de tira y afloja.
Gritos. Quejidos. Calma. Sangre. Huesos. Piel.


—Tranquila... —la voz del mago era un susurró ronco y grave.




Rin exhaló para intentar calmarse y luego miró exaltada hacia su derecha donde los ojos de Sesshomaru la observaban mientras su mano, esa que descansaba sobre su pierna, se deslizaba hacia arriba por sobre su vestido.
Rin le miraba a los ojos de manera interrogante, con la boca entreabierta y el sonido de su respiración superficial.
Y cuando los dedos del emperador llegaron al medio de sus piernas, ella jadeó mientras su cuerpo dió un respingo ante ese tacto.

De fondo podía escucharse los gritos de esa mujer, sin embargo, ahora no eran tan audibles como antes.

Podía sentir la mano de Azmodan presionar más fuerte su hombro, para luego acariciar suavemente el arco de su cuello mientras que los dedos del emperador comenzaban a moverse sobre esa parte que comenzaba a arder en su entrepierna.

¿Qué estaba pasando?
Sus mejillas estaban ardiendo.
Su cuerpo completo estaba ardiendo.
El tacto de Sesshomaru quemaba su piel por debajo de la ropa.
El tacto de Azmodan quemaba su piel de igual manera.
Sólo era consiente de esos ojos dorados, como lava de oro, que la miraban y quemaban su alma. Y de esos jadeos temblorosos que salían de su propia boca.



°Mundo Alterno° 〜Azmo+Rin+Sessh〜Donde viven las historias. Descúbrelo ahora