Capítulo I

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Iba a ser una misión simple, ir, exterminar a la ira, y salir, nada que el dios marcial más poderoso de los cielos y el rey fantasma supremo no pudieran resolver. Entonces ¿por qué estaban Mu Qing y Feng Xin peleando contra el fantasma que se supone ya habían destruído?

Esa misma tarde les asignaron una misión, un fantasma de nivel ira estaba causando estragos en un pueblo cercano y Xie Lian debía ir a investigar, se llevó con sigo a Mu Qing y Feng Xin y su esposo lo siguió como si fuera un perro guardián, siempre detrás de él cuidando sus espaldas. Al llegar se separaron en parejas para cubrir más terreno y atrapar al fantasma que resultaba más escurridizo de lo que esperaban.

Xie Lian y Hua Cheng fueron los primeros en encontrarlo, fueron advertidos por Lin Wen sobre unos capullos que aprestaban a la gente, no sabían exactamente qué es lo que los hacía tan peligroso, así que debían de cuidarse de no acercarse a ninguno de ellos, pero cuando un capullo gigante estaba por atrapar a Xie Lian, Hua Cheng se interpuso en el camino, claramente no terminó bien y ambos quedaron atrapados en un capullo cada uno. Al no tener noticias de ambos y ver que no contestaban la matriz de comunicación, Feng Xin y Muy Qing sabían que había algo mal en todo eso, así que fueron al lugar donde se supone que estarían buscando al fantasma, grande fue su sorpresa al encontrar a dos niños pequeños, cubiertos de una sustancia verde y viscosa llena de la esencia del mal siendo resguardados por ambas armas espirituales, sus ropas apenas los cubrían lo suficiente como para considerarse adecuando, parecían trapos que hacían un intento miserable por cubrir su pudor, sus manitas entrelazadas en un fuerte abrazo temblando de miedo mientras detrás de ellos se libraba una feroz batalla entre el fantasma y ambas armas espirituales.

—O-Oigan—. Llamó una vocesita delante de ellos, los generales estaban ocupados digiriendo la información recién adquirida que les costó trabajo conectar que la voz provenía de uno de los niños, cabello castaño y ojos miel, se negaban a creer que era quien creían que era. —S-Son guardias... ¡A-A-Ayuda!

Miraron al niño, al fantasma, al otro niño junto a él, al fantasma, y así hasta que la realización calló sobre ellos.

—Su Alteza...—. Soltó Feng Xin peleando contra la tartamudez que amenazaba su voz, tomó aire y trató de calmar sus pensamientos y concentrarse en calmar las lágrimas que brotaba de los ojos del pequeño Xie Lian. —Le explicaremos todo una vez esté a salvo—. Volteó a ver a Mu Qing, quien aún parecía indeciso en si debía o no decir algo, le dio un codazo fuerte en las costillas para hacerlo reaccionar. —¡Ve por el fantasma, yo cuidaré de Su Alteza!

—¡No me digas qué hacer!

Murmurando maldiciones entre dientes, enojado por recibir órdenes, Mu Qing se abalanzó sobre el fantasma, Feng Xin corrió hasta donde estaban los infantes y les dio una rápida mirada checando que todo estuviera en órden y que no tuvieran heridas de gravedad.

—Su Alteza, soy Nan Feng, fuimos atacados y usted fue secuestrado, debió haber perdido en conocimiento en el camino pero ya está a salvo con nosotros—. Improvisó una historia para justificar el lugar y la situación en la que estaban, esperaba que resultara bien y que pueda resolver algunas de las dudas iniciales que tendría Xie Lian en este momento.

Por otro lado, Mu Qing luchaba contra el fantasma tratando de dispersarlo, se dio cuenta de los capullos de los que Lin Wen les había hablado y asumió que tendrían algo que ver con la situación en la que encontraron. Esquivó algunos ataques y en un paso en falso casi cayó en uno de los capullos, afortunadamente Ruoye tiró de él antes de que se cerrara y lo atrapara dentro, fue en ese momento de distracción que el fantasma aprovechó la oportunidad para escapar.

En cuanto Feng Xin vio a su compañero llegar gritó, demasiado fuerte por el pánico —¡Fu Yao! ¡Hay que llevar a su Alteza a la base!

Mu Qing lo miró con una ceja alzada, parecía igual o más alterado por la situación tan repentina, a lo que Feng Xin le habló por la matiz de comunicación privada.

[ Mantendremos una pequeña mentira hasta que sepamos cómo deshacer lo que sea que le haya pasado a Su Alteza y a lluvia carmesí ]

[ ¿Sugieres engañarlos de esa forma tan vil? ]

[ ¿Tienes una mejor idea? ]. El silencio en la matiz pareció ser un no [ Somos dos soldados que están buscando a quien secuestró a Su Alteza, usaremos los nombres de Nan Feng y Fue Yao ]

[ ¿Y qué tal se se lo explicamos todo? ]

[ Oh, claro, dile al pequeño príncipe que está más de ochocientos años en el futuro y que todo su reino incluyendo sus padres desaparecieron hace siglos ]

[ ¡No todo idiota! Solo lo más importante ]

[ ¿Y eso qué sería? ]

—D-Disculpen—. Ambos pararon su discusión, Feng Xin sintió un tirón en su pantalón y cuando bajó la mirada estaba Xie Lian de pie sujetando la mano del niño que debía ser Hua Cheng, parecían nerviosos. Xie Lian respiró profundo e infló su pecho con orgullo tratando de ocultar los rastros de lágrimas y mugre que corrían por su rostro. —¡Lo que hicieron fue muy valiente! Le diré a mi padre que les de una recompensa cuando lleguemos al Palacio ¡lo que quieran!—. Bajó su cabecita en una pequeña reverencia como signo de agradecimiento, tomó a Hua Cheng y la bajó también de un suave empujoncito para que se inclinara también.

Los generales se quedaron viendo la escena, sentimientos complicados florecieron en su pecho cual encontraron los ojos miel con los suyos, les llenó de ternura ver al pequeño Xie Lian tan agradecido con ellos por salvarlo y un sentimiento amargo los recorrió al escuchar mensionar a su padre. Ninguno podría ser tan despiadado para siquiera pensar en mensionar algo de lo ocurrido, así que en silencio acordaron mantener la mentira.

Sus miradas se dirigieron a la figura detrás de Xie Lian, quien estaba aún con el cuerpo inclinado y la mirada fija en el suelo sin atreverse a mover un solo músculo, ya habían resuelto el asunto con el príncipe, pero ¿qué le decían a Hua Cheng? Solo sabían que era un niño de la calle, pero nada más allá de eso y no querían arriesgarse a decir algo fuera de lugar y que su engaño se viniera abajo.

—Su Alteza, ¿sabe usted quién es este niño?—. Se arriesgó a preguntar Feng Xin.

—Creí que ustedes sabrían—. Llevó un dedo a su barbilla y volteó a ver a Hua Cheng, quien aún estaba agachado. —Ya puedes levantarte Hong-Er.

¿Hong-Er? Se preguntaron Mu Qing y Feng Xin. Al menos habían resuelto el asusto del nombre.

—Bueno, Hong-Er, nosotros-

—Solo...—. La voz entrecortada interrumpió a Mu Qing —Solo Xie Lian gege me llama así.

Sin saber qué hacer o decir, Mu Qing rodó los ojos, parece que sería igual de molesto que siempre.

—No seas así, ellos nos salvaron y merecen que les trates bien—. Lo animó Xie Lian dándole palmaditas en su hombroy retomando él agarre en su mano después de eso.

Parece que hay cosas que nunca cambian.

—Bueno, tenemos que llevarlos a un lugar seguro mientras encontramos a los culpables—. Aclaró Feng Xin.

—¿No regresaremos al Palacio? Tengo frío y quiero bañarme.

—Debemos buscar a los culpables primero, tenemos una base para alojarlos mientras esperan.

[ ¿La tenemos? ]. Preguntó Mu Qing.

—Ve a la base Fu Yao [ ve a avisarle a Lin Wen, luego te encontraré en la aldea Puji ].

—Que no me digas qué hacer—. Y resongando entre maldiciones fue a avisar lo sucedido a Lin Wen.

Feng Xin tomó a Xie Lian en brazos con su permiso después de ordenar sus túnicas en un inútil esfuerzo por arreglarlas correctamente. Miró a Hong-Er sin saber qué hacer con él, y antes de que se diera cuenta el niño ya estaba caminando adelante de él, Feng Xin se apresuró a alcanzarlo y lo tomó de la mano guiándolo a la aldea.

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CONTINUARÁ

Notas:

Por favor no piensen mucho en los pequeños detalles de la historia, solo disfruten de Hualian chikitos.

❃ Es mi primer fic de tgcf, así que perdón si es algo ooc, intentaré hacerlo lo mejor que pueda.

❃ Mis capítulos son algo cortos, pero haré lo posible por actualizar seguido.

Amor De Un Inocente CorazónDonde viven las historias. Descúbrelo ahora