Los amores efímeros nacen con los besos del sol y la sal de las olas, no sintiendo cómo la vida se te escapa a causa de la deshidratación.
Dos mentes diferentes en medio de la nada, unidas por un perro, un pato y una dulce abuela que les recordarán...
Desde el día en que te encontré supe que no eras real, que eso de almas gemelas, hilos rojos no es normal, que el destino está jugando, probando para ver si caigo y me empiezo a enamorar.
Si hubiera sabido que existías, si hubiera sentido que podrías, reiniciar toda mi existencia con el tacto de tu piel, habría parado un momento, dejar de lado todos mis lamentos, y esperar a tu llegada con los brazos bien abiertos.
Mientras mi vida partía, yo me quedaba en la estación, esperando a que se presentara, deseando que esta vez llegara el remplazo de mi amor.
Propio de los tipos como yo que dejan todo a último momento, cogí el vicio de dejarme abandonado en un rincón. Me olvidaba de la vida, de mis ganas de reír, todo lo que iba conmigo eran los sueños por cumplir.
Atiborrando mi maleta, inventándome mil metas, miles de reglas absurdas que ya no quería cumplir. Estaba harto de intentar, de luchar y no ganar, de buscar entre recuerdos algo que me haga avanzar.
Y llegando a la nada te encontré en aquella plaza, con el corazón abierto y un alma que hacía juego con mi solo porvenir.
Y si te encuentro, estoy seguro no sabré qué hacer. Y si te beso, y terminas dentro de mi piel. Colonizándolo todo, llegando a mí cada vez que lloro, haciendo ecos con todas tus risas en las paredes de mi habitación.
Cómo no me iba a enamorar, cómo pretendía yo olvidar tu dulce forma de besarme hasta hacerme suspirar. Cómo no me iba a enamorar, si mi corazón quería estallar con cada tacto de tus manos, con cada beso en el sofá.
Y todavía cada mañana te veo contra la ventana, con el sol acariciando los lunares de tu piel. Estaba harto de intentar, de luchar y no ganar. Yo ya no esperaba nada cuando tú llegaste a mí.
Llegaste en el tiempo exacto con el sol en la mirada como mi amor de verano, casi al terminar el año. Fuiste mi canción favorita, la que adoré cada día a pesar de que no tenías ni una rima para mí.
Perdona si lo intento, si por las noches salgo a buscarte. Perdona si lo creo, que en el camino tú te enamoraste. Perdona si imagino, que mi amor es correspondido y otra vez vuelves a mí.
Los recuerdos se los llevó el viento, tus caricias parecen inventos, una revuelta de mi corazón para no olvidar lo que nunca pasó entre nosotros.
Quiero y te quiero, yo casi te amé. Y en medio de la noche espero, impaciente a que llegue el momento en que por fin pueda decirte adiós.
Y recuerdo que hoy no... Esa noche no es hoy.
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Aquí les dejo la canción que escribieron bajo la casa del árbol, por si tenían curiosidad de leerla completa.
Si son observadores se habrán dado cuenta de que las citas al inicio de cada capítulo eran un verso de la canción. La escribí yo, por lo que no es perfecta y tampoco tiene música, (si las tienes; todas las sugerencias, correcciones y aportaciones son bienvenidas). La hice con mucho cariño porque sentí que era necesaria para la historia. Espero que les haya gustado.💕💕
