Volviendo a empezar.

Capitulo 3

Pequeña, mal educada, y burlona, esa era Caulifla de pequeña, a diferencia de Kale ella tenia doce años, igual que yo.

Aqui es muy distinto.... Pero supongo que no debo hacerme tantas ideas.

Ya que como menciono desde hace un rato, esto es solo un sueño.

—Ah, lo olvidaba Kyabe, feliz cumpleaños ji

Me levanto su pulgar sonriendo, que debo hacer ahora? Agradecerle o simplemente dejarla en el camino?

No creo querer estar cerca de ella, el solo verla me genera una extraña sensación de miedo o incluso odio.. Sobretodo lo ultimo, odio.

—Oye oye no piensas agradecerme tonto? Acabo de salvarte la vida por si no lo sabias

—C-claro caulifa muchas gracias... Pero ya debo irme.

Pase por su lado tomando rumbo a mi casa.

—Oyee dime algo, piensas hacer algo en especial mañana?

Me pregunto alzando la voz, mierda no queria hacerlo, pero tuve que voltear a verla.

—¿Algo en especial? N-no creo, por que?

Lo terminé negando, aunque no se si fue lo correcto.

—Ah? pero Kale me dijo que mañana vendrias a casa de nosotras para hacer algo como una pequeña fiesta o algo asi

¿Una fiesta? en casa de Caulifla y Kale?..

Oh claro, mi memoria de a poco va desbloqueando recuerdos

Recuerdo que un dia antes de mi cumpleaños Kale me conto luego de ese dia hariamos algo asi como una mini fiesta con algunos de nuestros compañeros...

Pero tuve ese accidente asi que eso nunca pudo ser..

—Ademas vendran compañeros nuestros, ¿no me digas que lo olvidaste tonto?

—P-perdon... Es que como casi me atropellan se me olvido por un momento jja, gracias por recordarmelo

Bien Kyabe, creo que esta excusa es creible.

—Muy bien pero no esperes un regalo de mi parte, creo que es suficiente con salvarte la vida.

Ahora logro darme cuenta, no puedo odiar a esta mini caulifa, ella es una de mis mejores amigas y tambien me apoyo en momentos duro de mi vida ..

Ella es la de doce años, no es la caulifa que llege a odiar tanto.

—No te preocupes por eso caulifa jaja, al contrario creo que yo deberia darte algo a ti

Cerre mis ojos y le mostre una sonrisa.

—No es necesario, es tu cumpleaños kyabe

Ella me sonrió y levanto su pulgar, algo típico en ella

—Entonces nos vemos caulifla, adios!

Volvi a tomar mi camino a casa,
me hubiera gustado decirle hasta mañana, pero eso se que no pasara.

—Hasta mañana.