Exclamaste por la situación en que se encontraban tu novio y tú. Tu cuerpo tuvo una reacción a semejante momento, tu respiración dolía de lo rápido en qué lo hacías, tu corazón latía fuera de lo normal y tus niveles de adrenalina emanaban de tu piel.
—¡Acelera o nos matan!—gritó tu acompañante.
En estos casos Jungkook siempre conducía y librandose rápidamente de los matones salvaban sus vidas pero, ahora terminaste tú con la vida de ambos en tus manos. Aunque lo pensaste un poco más y si tenían que morir, no sería en manos de esos malditos. Tu novio no moriría degollado o abatido por sus enemigos. No lo permitirías. Ese pensamiento te llenó valentía y dejando el miedo que sentías detrás, dejaste que todas esas emociones se apoderaran de ti.
—¡Sujetate!
Tomaste el volante con más fuerza y metiste el acelerador a lo qué, por el cambio tan brusco, ambos recibieron un golpe en la espalda contra el asiento. Diste un giro para nada delicado que hizo resonar los neumáticos contra el pavimento. A su vez, tu cuerpo se llenó de vida, la cuál, quizá, perderías si no lograbas perder a quienes los seguían.
—¡Me siento en Fast and furious!
Reiste por el comentario de Jungkook. Amabas como ambos podían convertir momentos mortales cómo estos en momentos llenos gozosos para los dos. La adrenalina de ambos podía medirse en los mismos niveles y del mismo tipo, de solo esa que se disfruta aunque la probabilidad de sobrevivir esté en duda y seas consciente de ello.
—Llama a Namjoon, dile que iremos al punto A.
Jungkook rápidamente negó. Ustedes no mataban gente inocente e ir ahí implicaría que eso sucediera, bueno, cabía la posibilidad, una alta y peligrosa posibilidad.
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—Ji...
Sabías que te estaba mirando incrédulo. Amabas a la persona que estaba a tu lado por ello no permitirías que algo malo le sucediera y por ello debías actuar como sea para impedirlo.
—Confía en mí.
Lo miraste fugazmente, tratando de transmitir confianza. Por quienes amamos haríamos lo inimaginable, he aquí la prueba. Jungkook sin estar de acuerdo completamente asintió y eso hizo. Llamó a su líder.
—¡Estamos hasta el cuello, que Jimin y Jin nos remplacen en el punto A, estaremos ahí en dos minutos, no tenemos más!
Jungkook colgó y suspiró. No quería hacerlo, pero debían. Eran ellos o ustedes.
—Estaremos bien. Te lo prometo.
Querías verlo cuando dijiste eso pero no pudiste por estar ocupada esquivando los autos del camino, aunque el verdadero motivo por el que no lo hiciste fue porque no podías asegurarlo, lo sabías. En esta situación algo iba a suceder, no podían salir ilesos.
