Shen Qingqiu y Luo Binghe han estado disfrutando de su matrimonio por mucho tiempo, sin embargo al igual que cuando observó a una pareja casándose, ahora Binghe comienza a mirar más hacia las familias con hijos.
¿Podría convencer a su Omega de que...
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-No
Vaya terrible comienzo.
Pero lo era más para el joven Alfa que se encontraba sujetando las manos de Shen Qingqiu.
Tan pronto como su cerebro le permitió procesar su respuesta se le comenzaron a humedecer sus ojos.
—¿Es acaso que a Shizun le repugna la idea de tener un hijo conmigo?—sin aguardar ni un segundo más se largó a llorar sobre las túnicas de su esposo.
Shen Qingqiu había contestado sin pensar, definitivamente no se esperaba que Luo Binghe le pediría algo así, si la propuesta de matrimonio fue una tremenda sorpresa, esto lo había superado.
Acercó sus manos para acariciar el cabello de su esposo para consolarlo, ya que las palabras no salían, era lo menos que podía hacer.
-Shizun... si de verdad te desagrada entonces puede olvidarlo, este discípulo ya no insistirá- por temor a hacer enojar a Shen Qingqiu comenzó a retractarse y suplicarle que lo olvidara.
Pero eso ya era demasiado tarde, al igual que cuando se le propuso, la ira inundó los sentidos de Shen Qingqiu y con su abanico golpeó la cabeza de su esposo tres veces.
—¡¿Cómo puedes pedirme que me olvide de esto?! ¡Este maestro no acepta bromas como estas!
—Me volví a equivocar Shizun... es que ya no podía soportar no pedirle que me ayude a cumplir este deseo egoísta. Sin embargo no pensé que te molestaría a este punto, disculpa a este discípulo.
—Bien, que bueno que reconozcas tus errores—ocultó su rostro con su abanico mientras apartaba la vista—Terminaremos esta conversación mas tarde, tengo informes que escribir.
—Si Shizun—cabizbajo dejó solo a su cónyuge.
Cuando no hubo rastros de él Shen Qingqiu dejó escapar un suspiro, como si hubiera contenido la respiración por mucho tiempo. En un intento de disipar un poco esa situación en el que lo puso Luo Binghe tomó un montón de papeles para escribir registros de la Cumbre Qing Jing, que dejó pendientes, pero en el momento que quiso utilizar su pincel el recuerdo de su esposo sujetando sus manos en modo de súplica lo hicieron detenerse.
Menudo problema le había causado.
Shen Qingqiu con toda la sinceridad pensaba en lo que pasaría si aceptaba la propuesta de Luo Binghe. Actualmente no se sentía en condiciones para eso, pensaba en su cuerpo que, en su conciencia, no aguantaría algo así. Ya estaba por cumplir los cuarenta y tres años, por lo tanto le preocupaba en demasía que todo fuera un fracaso. Luo Binghe era joven todavía, ese era un punto por el cual seguro su esposo no lo había tenido en cuenta, seguro por su físico, porque lo admitía su cuerpo no había envejecido casi nada. Además de eso Shen Qingqiu desde un principio nunca se imaginó con tener familia, requería mucha responsabilidad, había nacido como un Alfa que ya se había mentalizado de estar solo toda su vida, nunca se le había metido a la cabeza que sería transportado a una novela y terminaría siendo un Omega Dominante que se colaría de amor por su estudiante Alfa.
