Papapa

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A pesar de que no entendía Luo Binghe que estaba pasando, aceptó gustoso los besos de su amado

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A pesar de que no entendía Luo Binghe que estaba pasando, aceptó gustoso los besos de su amado. Dejó que la lengua ajena intentara enredarse con la suya mientras que las temblorosas manos de Shen Qingqiu trataban de quitar la barrera de tela que se interponía entre los hombres y las bestias.
Siendo así, el Alfa se disponía a seguirle el ritmo desanudándolo también, bajando sus besos recorriendo toda su piel. Dejando mordidas, chupetones y lamidas.

Shen Yuan disfrutaba al máximo la proximidad de su pareja por eso cuando ya no sentía la calidez de su Alfa se quejó un poco, abriendo los ojos. Notando como el contrario se encontraba entre sus piernas embelesado por la vista que tenía. No tenía la necesidad de descubrir que es lo que captaba su atención, ya sabía exactamente por qué.

Cuando un Omega comienza a excitarse expulsa lubricante natural, este mismo posee un aroma peculiar que hace babear a cualquier Alfa, más al que ya te ha marcado. En el caso de Shen Qingqiu su olor era a limón dulce, los ojos de Luo Binghe centellaban. Acercó su rostro hasta allí y lamió de donde provenía aquel dulce néctar.

Delicioso....

A la primera lamida Shen Yuan suspiró de placer, motivó al Alfa a seguir provocando más sonidos de su pareja.
Los estímulos no paraban, su lengua recorría desde el interior de sus muslos hasta el contorno de su húmedo orificio, sin pensarlo mucho introdujo la punta de su lengua acariciando las paredes internas que esta podía alcanzar, las caderas de Shen Qingqiu comenzaron a moverse en busca de más placer, Luo Binghe conociendo a su Omega, como libro abierto, tomó la mano ajena y la puso en su propia cabeza, Shen Yuan estaba extrañado pero finalmente comprendió a que se refería aquella acción, así que con suavidad empujó un poco la cabeza de su esposo contra su entrada.

Arriba, abajo, izquierda, derecha, la lengua de Binghe se movía ágilmente por toda su cavidad, pero antes de que pudiera seguir gruñendo de placer el contrario se alejó.

—Binghe, ¿por qué...— sin dejarlo terminar, la sensación de los dígitos abrirse paso en su interior sacó un grito de placer y sorpresa.

Sin poder resistirlo más la boca tapó la suya en un acalorado beso. Shen Qingqiu cerraba los ojos dejándose llevar por el placer que le provocaba, mientras que el otro con las mejillas sonrosadas admiraba cada expresión que hacía aumentando su erección, que por suerte no había notado aún su pareja.

Las yemas de sus dedos rebuscaban en el interior de Shen Yuan, queriendo tocar la parte más sensible de él, pero lo hacía poco a poco, le encantaba el sonido acuoso que provenía de ese lugar, agregado a las súplicas de su pareja porque lo tocara más.

Haciendo caso a las órdenes de este llevó sus labios hacia los rosados botones de su pecho, succionándolos, dejándolos rojos y erectos. A Shen Yuan nunca le había gustado que lo tocaran ahí, era vergonzoso, pero anuló cualquier pensamiento que fuera en contra de ese momento placentero, y disfrutó del contacto.

El Fruto de un Can y un Gato (ONE-SHOT) (TERMINADA)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora