1. No Todos Pueden Amar.

1K 132 12
                                    


—Perverso—subrayó la palabra en la pizarra—Que obra con mucha maldad y lo hace conscientemente o disfrutando de ello—Explicó.

Gun era profesor a prueba de la clase de psicología en una universidad de Tailandia, mientras terminaba su maestría, también se dedicaba hacer investigaciones sobre el comportamiento del cerebro y había estudiado medicina con una especialización en psiquiatría.

En ese momento estaba trabajando en una investigación para su trabajo final, sobre un tema importante, el amor ¿Todos pueden amar? Gun pensaba que no todos.

—¿Cómo los asesinos?—preguntó una chica.

—Exactamente, aunque no todos los casos. Existen asesinos que no sienten placer al matar, sino que lo hacen por otros motivos. Pero si hablamos de un asesino serial, podría ser que sí.—un chico levantó la mano. —Dime Mark.

—Una persona perversa, en este caso un asesino serial ¿Es capaz de sentir amor por alguien? Como una pareja.

Gun sonrió, era su oportunidad de dar a conocer su teoría, aunque aún no la tenía confirmada, estaba casi seguro que tenía razón.

—Buena pregunta, Mark—dio unos pasos al frente y llevó una mano a su barbilla como pensando.—Ese es un tema interesante, y la verdad no tengo una respuesta certera aún, pero en cuanto lo descubra te la responderé—Escucho a sus alumnos quejarse—Por ahora puedo decirte que mi teoría es que no. Una persona que sólo siente placer por asesinar o torturar no podría ser capaz de enfocar sus sentimientos en alguien sin sentir el deseo de terminar con su vida o lastimarla.

La hora de terminar la clase llegó y todos los alumnos salieron del salón. Dejando a Gun solo, mirando la pizarra mientras leyendo una y otra vez lo que había plasmado en ella.

꒦꒷꒦꒷꒦꒷꒷꒦꒷꒦꒷꒦꒷꒷꒦꒷꒦꒷꒷꒦꒷꒦

Sólo daba clase a un grupo en la universidad, ya que no estaba contratado formalmente, por ese motivo el resto del día lo dedicaba a su investigación. Ese día iría a visitar un centro psiquiátrico donde tenían internados a algunos reclusos peligrosos, uno de sus profesores en la maestría le consiguió un pase para ir a estudiar a una persona que se encontraba en ese lugar, específicamente un asesino en serie.

Su maestro le comentó que este era un caso especial, lo tenían en una sala adaptada para el especialmente. No podían tenerlo en la cárcel ya que era una persona que necesitaba un tratamiento psiquiátrico que ninguna cárcel de Tailandia proporcionaba, ¿era peligroso tenerlo en un centro psiquiátrico? Sí, lo era. Era una posible amenaza para todos los demás pacientes, en caso de que logrará escapar, por eso tenían su habitación rodeada de seguridad para evitar incidentes.

Cuando llegó al lugar se asombró, no estaba en las mejores condiciones, esperaba que el lugar tuviera mejor presentación, al parecer no recibían mucha ayuda económica, parecía ser una casa antigua y abandonada, tenía las paredes rayadas por algunos vagos y las marquesinas parecían a punto de caerse, temió subir los escalones de madera que había en la entrada, si se rompía la madera reseca y vieja seguro terminaría con una pierna rota.

Entró al deteriorado lugar y en la recepción mostró su pase, la joven recepcionista se sorprendió cuando leyó el nombre del paciente con el que iría.

—¿No le da miedo?—preguntó con curiosidad la joven mujer.

—¿Qué cosa?—dijo Gun sin comprender.

—Ese hombre está completamente loco—la chica fingió sentir escalofríos.

—¿No lo están todos en este lugar?—preguntó Gun bromeando, pero a la mujer no le causó gracia.

—Vamos, lo llevaré a la habitación.—La chica comenzó a caminar delante de él,  guiándolo hasta el lugar donde se encontraba el hombre al que estudiaría.

Cuando llegaron se sorprendió demasiado, esperaba ver más de un guardia o policías en la puerta, pero no, sólo había un hombre sentado afuera de la habitación, y además, estaba durmiendo. La asistente se paró a su lado y le dio un golpecito en la frente para despertarlo.

—¡Singto! No deberías dormir en horas laborales.

El guardia despertó asustado y llevó su mano a su arma por instinto.

—¿Qué? ¿Qué pasa? ¿Escapó de nuevo?—El policía vio a Gun, el Doctor lo miraba con los ojos muy abiertos y el guardia se corrigió.—No me hagas caso, estaba teniendo una pesadilla.

La chica lo fulmino con la mirada y después le sonrió a Gun como si nada, pero para Gun no pasó desapercibido como movía sus dedos nerviosamente. Había algo raro en toda esa situación, su lenguaje corporal decía mucho.

—No le haga caso Doctor, tantas horas de trabajo lo hace delirar—La chica se paró junto al guardia y de manera disimulada le dio un golpecito en las costillas, Gun fingió no verlo.—Singto, el Doctor Atthaphan estará viniendo algunos días a la semana para estudiar el comportamiento de este paciente.—El guardia asintió con duda y tomó las llaves que tenía colgadas en la pared junto a la puerta.

Gun les sonrió a ambos y entro primero, al entrar se dio cuenta que la habitación era pequeña, sólo con el espacio suficiente para una cama, una silla y una mesita de noche con una lampara; a su lado derecho vio una puerta, seguramente era un baño. Sin duda esperaba ver algo así, pero, lo que nunca esperó fue encontrarse con un hombre, usando una camisa de fuerza y un artefacto en su boca, que le impedía hablar, el asesino también estaba esposado por sus pies a la cama. 

A pesar de todo Gun logro encontrar los rasgos expuestos del rostro masculino demasiado atractivos, los ojos negros y sin vida del hombre adquirieron una chispa de fuego al verlo, cada paso que daba, esos ojos depredadores lo seguían, Singto entró detrás de Gun y se acerco al hombre, desato el artefacto que parecía un bozal, y Gun confirmo sus pensamientos, ese hombre era realmente bello, piel pálida, rasgos masculinos y su mirada seria dándole un toque sensual.

—Estaré afuera, si necesitas algo sólo grita—Gun lo miro con una ceja levantada.—Es broma, estaré al pendiente.

Una risa ronca y estruendosa se escucho por toda la habitación, y Gun sintió un escalofrió recorrer todo su cuerpo, pero intento mantenerse profesional, sabía a lo que se enfrentaba y él no debía demostrar miedo o todo estaría arruinado, sería difícil, este hombre le ponía la piel de gallina sólo con una mirada.

El sonido de la puerta siendo serrada de golpe lo hizo dar un brinquito y por instinto volteo en la dirección del sonido; una ronca voz, como de alguien que no había hablado en mucho tiempo terminó por llamar su atención.

—Eres tan pequeño y lindo, quisiera hacerte suplicar.

Perverso [OffGun]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora