Perverso [OffGun]

3. Sin Corazón.

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¿Cómo había terminado en esa situación? Atado a la cama de Off, sólo usando su ropa interior y con el hombre encima de él besando, mordiendo y marcando su cuerpo.

Aunque la pregunta más importante era ¿Por qué había regresado a ese horrible lugar? Claramente estaba jugando con fuego y  terminaría quemándose, estaba metiéndose con un asesino, cuando debería de estar trabajando como el profesional que se supone es, tal vez buscar otro tipo para hacer su investigación y no volver nunca más a ver a Jumpol.

Pero no pudo. Estuvo tres días pensando en lo bien que se sintió el beso que le había dado, con esa mezcla de placer y dolor que lo había excitado. Debía admitir que la última vez había huido más por el miedo que sintió al haber disfrutado el beso, que por el mero hecho de que era un asesino, el pensar que podía haber muerto sólo lo había excitado más y Gun comenzó a dudar de su salud mental.

Recuerda que llego temprano unos días después y cuando entró por la puerta recibió una sonrisa del mayor y una mirada pícara, después de que Off respondiera algunas preguntas para él la situación se volvió un poco extraña, él mismo había tomado la iniciativa de acercarse y besarlo, después de ese día le siguieron semanas de intercambiar besos bruscos y carisias que terminaban dejando moretones en su blanca piel, no habían llegado más allá de eso pues Gun aún estaba renuente a aceptar que Off lo volvía loco, hasta ahora.

—Estás asustado—no era una pregunta pero Gun igual asintió—Eso me excita mas..

Off bajó su rostro para besar los labios del menor dando mordidas violentas que lastimaban a Gun, pero el dolor era compensado con las embestidas que daba el mayor rosando sus miembros ya erectos aún cubiertos con la ropa.

—¡Ah!—Grito con dolor. Singto nunca se enteraba de lo que sucedía en esa habitación, Off le había dicho que el cuarto estaba insonorizado y nada se escucharía a menos que la puerta estuviera abierta, eso lo asustaba más, el hombre sobre él podría matarlo en cualquier momento y nadie podría ir a ayudarlo.—No... Duele, por favor ahh.

Off había llevado una mano al cuello de Gun y comenzaba a apretar la zona lastimándolo, pero sin asfixiarlo, al mismo tiempo sus embestidas habían aumentado y con la otra mano pellizcaba su pezón con fuerza volviéndolo de un color rojo.

Gun estaba asustado y excitado, no podía parar, quería más a pesar de sentir temor, el pensar en lo que podría pasar sólo terminaba por calentarlo, sabía que su vida estaba en la cuerda floja al exponerse ante un hombre como Off, pero había algo en su mirada que lograba tranquilizarlo y por eso seguía ahí permitiéndole hacer con él lo que quisiera.

No estaba seguro de qué era esa chispa en los ojos del hombre, pero si sabía que no era nada bueno, no podía ser afecto o algún tipo de cariño. Las personas como Off no sentían amor, por eso mismo el tampoco podía caer por Off, debía mantener sus sentimientos al margen, no podía terminar enamorándose de alguien sin corazón como lo era el hombre.

Off disfrutaba de hacer sufrir a otros y lo podía ver justo ahora, cuando la excitación del hombre aumentaba cada que Gun se quejaba de dolor pidiéndole que no fuera tan brusco o cuando se removida con desesperación intentando soltarse de su amarre, eso solo lo volvía más loco de placer al mayor.

—Te quiero hacer gritar—Off bajo la ropa interior del pequeño cuerpo inmovilizado que estaba debajo de él, después sacó su propio miembro, provocando que Gun tragar a en seco al ver el tamaño. Sin dar tiempo a reclamos se clavo de una en el ano del menor, no hubo preparación previa por parte de Off, ni siquiera una advertencia, lo que causó un grito desesperado y doloroso por parte de Gun—Si, grita más para mí bebé.

Off estaba disfrutando demasiado de todo, Gun por su parte agradecía haber jugado un poco con su cuerpo mientras tomaba una ducha esa mañana, de otra forma no sería capaz de soportar el dolor, aunque no era suficiente necesitaba más preparación antes de ser embestido pero ya no había marcha atrás. Esperaba que Off no se moviera por un momento para que él pudiera acostumbrarse y normalizar su respiración, pero eso sería esperar demasiado de un asesino, a Off le gustaba escucharlo gritar de dolor.

Off comenzó a moverse y Gun gemía al sentir como sus entrañas eran desgarrada, lágrimas salieron de sus ojos y no paraba de pedirle a Off que se detuviera, pero lo único que recibía del hombre eran besos hambrientos.

—Por fa-vor... Off... duele—Off lo ignoro y se movió un poco en su interior dando en un punto especifico—¡Aah!

Gun ahora soltaba gemidos de dolor mezclados con placer y Off no podía estar más satisfecho, en cualquier momento explotaría, sintió como Gun se tensa a avisándole que estaba a punto de correrse, fue entonces  cuando tomó el pene rojo y goteando liquido seminal y cubrió el orificio de la cabeza evitando que liberara su esencia, Gun se quejo.

—No lo creo bebé, aun me falta un poco—Off comenzó a embestir más bruscamente hasta que logró correrse dentro de Gun. El menor en ningún momento dejó de lloriquear y eso ayudó al mayor a llegar al límite, fue cuando sintió todo su semen salir, que quito su dedo de la cabeza del pene del menor permitiéndole llegar a su orgasmo.

Gun gritó ronco y cuando la última gota de semen fue expulsada sintió que se desmayaría. Off se dejó caer junto al menor y lo abrazo atrayéndolo a su cuerpo, Gun se tenso cuando sintió la mano de Off en su cuello, pero no sintió dolor sólo los dedos del mayor recorrer su piel que seguramente estaba roja o morada en ese momento.

—¿Por qué no me has matado?—Preguntó Gun aún tenso por lo suave que estaba siendo acariciado, Off era un asesino, no era posible que lo tratara con la delicadeza que lo estaba haciendo en ese momento.

—Eres tan lindo y pequeño—Off susurró acurrucándose mas cerca de Gun y acomodo su cabeza en el hueco de su cuello, comenzando a dejar húmedos besos sobre la zona roja y mallugada. El Doctor no hizo más preguntas, sintió miedo cuando su corazón comenzó a latir acelerado y un calor lo cubrió por completo robándole las palabras de la boca. 

No podía enamorarse de un asesino sin corazón, no debía ni siquiera encariñarse con el hombre sólo por unas cuantas carisias.