La mañana de la primavera, oh bello marrón y dorado que cubre el suelo, a ton solo dos estaciones del florecimiento de las flores, es la temporada playera y de muñecos de nieve.
El sonido de las aves al cantar y del viento al soplar se fusionan en una hermosa melodía digna de un Oscar, a este joven narrador en el auge de su vida le maravilla el milagro de la vida, que poeta soy, lleno de dulzura e inspiración, pero siempre debe haber algo que interrumpa la felicidad de uno y este es nuestro joven niño humano que ya no es un niño, sino, un puberto, con problemas de pubertos, ¿A quien le importa un puberto?
- Aaaaaaahh -. El hermoso cantar de las aves es interrumpido por un grito, el joven puberto humano al fin ha despertado y ya está, entrando a sus quince.
- Que ha pasado campeón -. El padre de apariencia adulta y madura con sangre española, una sábana roja y sombrero gracioso entrá a escena con gran carisma, ¡OLÉ!
- ¿Otra pesadilla cariño? -. La joven y amorosa madre de apariencia juvenil muestra un gran y verdadera preocupación momentánea.
- Creo que sí, fue muy raro -. Con una expresión de dolor, respiración agitada y empapado en sudor y otros fluidos, el joven puberto humano revisa sus sábanas, las cuales están húmedas.
- Oh tío, felicidades campeón por tu primer sueño húmedo -. El padre celebra a gritos y toca la tuba, la cual ha estado todo el tiempo en sus manos.
- Oh cariño, me alegro por ti, al fin tuviste tu primer sueño húmedo, ponte la camiseta para que todo el mundo lo sepa, ¿Que quieres para cenar en el desayuno cariño? -.
- Pan con mermelada -. El joven puberto humano está feliz, extasiado, contento a más no poder, ya que al fin, ha experimentado el sueño húmedo, uno de los grandes anhelos de los seres que habitan este mundo.- Un desayuno lujoso campeón, tal como lo hacemos los nobles ingleses, demuestra tu sangre de caballero desde el estómago jojojojo -.
El joven puberto humano se pone la camiseta que dice "mi primer sueño húmedo fue genial y fue hoy", es un milagro como pueden entrar tantas palabras en una camiseta, pero eso no le preocupa a nuestro protagonista, quien sigue preparándose para ir al instituto.
Baja las escaleras y su madre le espera con tostadas y mermelada listas en una bolsa para llevar, le da un beso en la frente, a su lado se encuentra su padre de origen noble ingles con un traje militar y una espada en las manos.- Campeón, hoy es el día en que te vuelves un noble ingles y con esta espada déjame cortarte tu brazo izquierdo -. El joven puberto humano asiente con la cabeza y de un movimiento de la espada su brazo es cercenando con un corte limpió y sin salpicar una sola gota, si fuese un concurso de clavados le darían un 10 perfecto por no chapotear.
- Ahora con tu brazo nuevo ve y descubre el mundo campeón......, Me olvidaba de algo, no te olvides despertar -. Emitió el padre un comentario lleno de inspiración mientras veía a una vida vacía sin cuerpo, una mera entidad.
Fuera de la casa rumbo a la escuela el joven puberto humano ve a dos niños y dos criaturas de fantasía, con colores llamativos y habilidades elementales combatir entre sí, uno de los niños dice una palabras que no se alcanzan a escuchar y una de las criaturas de aspecto felpudo similar a un roedor pero de color amarillo empieza a expulsar electricidad de su cuerpo, la otra criatura de color rojo y aspecto de pez la recibe sin poder hacer nada, a leguas se puede decir cuál es más fuerte e incluso un individuo sin el conocimiento necesario sobre estas criaturas como yo, su humilde narradora, lo sabe, pero la criatura roja me da una sensación de ocultar su verdadero poder, tal vez le falte una patada en las costillas para empezar a brillar y evolucionar a lo Charles Darwin. Creo saber el nombre general de esas criaturas, ¿Como los habían llamado los niños fuera del sótano?
ESTÁS LEYENDO
Es solo un sueño o ¿Tal vez no?
ContoLa belleza de la vida solo puede ser vista por aquellos que viven, aquellos que han visto el sol sin apartar la mirada, aquellos quiénes tienen la libertad de pensar y sentir, pero cuando carecemos de dicha libertad, cuando nos faltan los ojos para...