Única parte

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Era una noche como pocas habían en la comarca; todo estaba lleno de luces que iluminaban los alrededores, había música agradable y comida a montones. Como siempre en este tipo de reuniones Sam se encontraba en una de las mesas bebiendo y comiendo uno que otro bocadillo, no era muy fan de bailar pero disfrutaba ver a las demás personas haciéndolo... especialmente a él.

Sus rizos brillaban a la luz de las lámparas, dándole un ligero tono rubio, al mismo tiempo que bailaban junto a él, embobando a Sam. El castaño daba vueltas junto a pequeños saltos al ritmo de cada canción, reía junto a cada pareja de baile que le tocaba y aquella música de alguna forma parecía darle más vida a sus ojos. Todo este ambiente hacía que el rubio quedara más prendado a Frodo Baggins.

Él estaba tan perdido en los movimientos del mayor que no notó cuando cierta rizada se sentó junto a él.

-Otra vez observándolo ¿no?- le dijo con un tono neutro ya acostumbrada a la situación mientras apoyaba su cabeza entre sus manos- deberías decírselo esta noche, es un ambiente perfecto- la rubia ánimo a su amigo, ella sabía muy bien lo que sentía por el rizado y muchas veces lo había animado a declararse pero siempre ponía excusas.

-Yo..- Sam miró a su amiga y por un segundo pensó en negar lo que dijo, como ya había hecho tantas veces, pero al final solo suspiró- no creo que sea buena idea- el pecoso apoyó su cabeza sobre el hombro de Rosie- ¿Y si no le gusto?

Rosie puso los ojos en blanco no podía creer que su amigo fuera tan ciego ya que para ella era algo más que obvio, la forma en que lo miraba, como siempre inventaba alguna excusa para que el rubio vaya a su casa o las miles de veces que el mayor lo ha invitado a citas, la rizada solo soltó un resoplido.

-¿Ahora que dije?- preguntó Sam, sabiendo que su amiga solo hacia ese sonido cuando se estresada.

A lo lejos los miraba cierto castaño que ya había perdido sus ganas de bailar.

-¡Wow Frodo! ¿Por fin te cansaste?- le dijo Pippin entusiasmado dándole una palmadita en el hombro y parándose junto a él.

-Sí...- dijo con la mirada fija en ambos amigos.

En ese momento llegó Merry que se paró al otro lado de Frodo y curioso por la actitud de su primo miró en su misma dirección encontrándose con los dos rubios hablando, uno muy cerca del otro.

-No te desanimes- dijo pasando su brazo sobre los hombros del castaño- sabes bien que son solo amigos.

-No lo sé...- respondió dudoso ya que ambos jóvenes parecían ser cercanos.

-Él te lo ha confirmado- añadió Pippin dándole a Frodo un golpecito en la cabeza le irritaba que el castaño dudará tanto sobre el rubio- de todos modos es un poco obvio ¿no crees?

-Pips tiene razón.

-Igual- comenzó el oji-celeste- esta noche pensé que al menos por una vez se iba a acercar a bailar- dijo algo cabizbajo.

-Y si lo invitas tú- le sugirió el castaño.

-Ya lo hice- respondió algo desanimado.

-¿Y?- preguntaron ambos.

-Dijo que no tenía ánimos.

Merry y Pippin compartieron miradas, incrédulos, ellos tenían que poner en práctica un plan para unir a estos dos.

Dancing in the darkDonde viven las historias. Descúbrelo ahora