Capitulo 1.- ¿Juntos?

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-¿Dr. Mendoza, quería preguntarle si usted ya se fue?- Le preguntó Sandra

- Aun no Sandra, estoy por entrar a producción para despedirme de los empleados, ¿Qué quiere?

Sandra tapó el teléfono y les dijo a todas – Aun está aquí en Ecomoda... ¿Qué le digo?

-Ay Sandra, pues dígale que se espere ahí, que la doctora Pinzón quiere hablar con el antes de que se vaya- le dijo Sofía.

-¡No, no, mejor pásemelo Sandra!- Dijo Betty nerviosa

- ¿si me escucho Sandra? ¿Qué pasa? ¿Qué quiere?- seguía diciendo Armando con tono desesperado.

- Doc.... Doctor habla bett... Beatriz- titubeo ella

Armando se sorprendió -¿Beatriz? Di... dígame

Ella inhaló para tomar fuerzas y poder decir algo mas – Doctor no se vaya- su tono era suplicante – quise decir, ¿podría hacerme el favor de venir a presidencia antes de irse? Hay dos cosas de las que necesito hablar con usted cuanto antes. – Trató de disimular el temor de perderlo para siempre

Un poco desconcertado Armando detuvo su camino hacia producción – Claro Beatriz en este momento subo nuevamente.

-Gracias Doctor.- Ella colgó el teléfono y sus nervios crecieron aún más. No sabía que iba decirle.

- ¿Acepto mija? Le preguntó Inesita al ver su cara de susto.

- Si Inesita... Viene para acá-

- ¿Ya sabe que le va a decir? ¿Lo va a perdonar?- Preguntó Bertha

- Aún no lo sé- dijo Betty y se dirigió a su oficina.

Una vez dentro trató de respirar para pensar claramente que le iba a decir, todo lo que Marcela le había contado ayudo para convencerse de que en medio del juego siniestro, Armando si se había enamorado de ella. Ahora sabía que no solo ella había sufrido, el también padeció su ausencia al punto de pensar en morir. ¿Esto era suficiente para perdonarlo? ¿Podría dejar atrás sus dudas y volver con él?

Tres pequeños golpes en la puerta la sacaron de sus pensamientos. Había llegado el momento.

-Adelante- dijo con voz nerviosa

-Aquí estoy- entró Armando son cierta inseguridad

- Siéntese por favor, tenemos que hablar- Se acercó ella y le señalo el sofá de la oficina

Él se sentó y se sorprendió al ver que ella se colocó a su lado - Dígame Beatriz –

-El Dr. Valencia va a convocar una junta con acreedores para rematar Ecomoda, no lo podemos permitir- lo miro con ojos suplicantes.

-Usted puede evitarlo Beatriz, solo tiene que recordarle que es la dueña legal de la empresa... Y seguir con su mandato hasta que se termine el proceso jurídico, dándole tiempo a la junta directiva para buscar una mejor opción que Daniel Valencia.- la miro a los ojos para animarla.

-Es usted el que debería quedarse como presidente, esta es la empresa de su familia, es su patrimonio Doctor. -

-¡Pero usted hizo un mejor trabajo que yo!, logro hacer en un par de meses lo que ni mi padre ni yo logramos. Gracias a usted y sus ideas Ecomoda ya es una empresa reconocida a nivel internacional- su voz reflejaba el orgullo que sentía por ella.

-Es cierto que las franquicias fue mi idea, pero quien las ofreció y convenció a los compradores fue usted – subió su mirada para verlo fijamente – sin su experiencia y relaciones públicas, eso no se hubiera concretado.

Él sonrió, sabía que juntos hacían un gran equipo – Mire Beatriz, los dos sabemos que hemos hecho un buen trabajo juntos.

-Exacto, por ello le pido que me ayude con Daniel Valencia, juntos busquemos una solución. No dejemos que Ecomoda desaparezca- lo tomó del brazo – juntos esperemos hasta encontrar mejores candidatos para nuestros puestos.

Armando se emocionó al sentir ese contacto después de tanto tiempo, pero al mismo tiempo le dolió escuchar que ella aún seguía decidida de irse. – yo tampoco quiero que Ecomoda desaparezca pero ¿Juntos Beatriz? usted no me quiere cerca, le molesta mi sola presencia.

-No me molesta y usted lo sabe – recordó que él había leído su diario, él sabía que aún lo amaba -pero ese no es el tema ahora, de eso hablemos más tarde y en otro lugar, claro si aún desea platicar de nosotros- su cara mostró cierta tristeza al pensar que él ya no quisiera

El noto un cambio de actitud en la Betty que tenía enfrente, no era la misma que ayer por la noche le reprochó haber invadido su privacidad, ¿Sera acaso que algo cambio?

-Es lo que más deseo Beatriz – su tono y sus ojos no pudieron disimular el gusto que le daba escuchar esas palabras.

-No sé en que termine esa plática ni cual sea la decisión que tomemos respecto a nosotros, no puedo prometerle nada- le aclaró ella al ver esa ilusión en sus ojos- Solo quiero escuchar su versión de las cosas, no espere algo más.

El asintió, por fin Beatriz le iba a dar la oportunidad de escucharlo, no podía desaprovecharla. – Lo sé Beatriz, el que usted esté dispuesta a escucharme ya es un logro y me siento afortunado por ello. – Sabía que Beatriz seguía muy dolida por todo lo que le hizo.

- Lo que hablemos y decidamos no debe afectar a los demás, los empleados y accionistas no se merecen lo que le puede pasar a Ecomoda.

- Como le dije, el tema de Daniel es fácil de resolver, le diremos a la junta directiva que cambiamos de opinión, que vamos a esperar hasta que el litigio termine – Dijo convencido Armando- En caso de que Daniel siga empeñado en su estúpida idea, usted hará valido el embargo y él se quedará sin nada.

- Muy bien doctor, así lo haremos.

Él se levantó, se dirigió al escritorio y tomó el teléfono – Aura María ¿sabrá si mi madre aún sigue en la empresa?-

- Si doctor, ella está en la oficina de Doña Marcela- Contesto la secretaria

– Perfecto les podría decir a las dos que vengan a la sala de juntas. Gracias.- colgó.

- Acabemos con este asunto Beatriz- Le ayudó a levantarse del sofá y como todo un caballero le abrió la puerta a su amada para dirigirse a la sala de juntas.

Hola a los primeros lectores, espero este capítulo los intrigue para seguir leyendo.

Es la primera vez que escribo algo, por lo que espero que ustedes puedan retroalimentarme y hacerme ver mis áreas de oportunidad.

Tratare no tardar tantos días en actualizar la historia.

Nos vemos pronto 

¿Juntos o separados?Donde viven las historias. Descúbrelo ahora