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Su cuerpo se estremeció por décima vez y sintió miedo, extrañamente los ojos del pelirrojo le transmitían un sentimiento que no podía explicar... o mejor dicho, uno que jamás había experimentado.
La palabra más cercana era miedo, pero ¿por qué?

Además, ¿sería correcto ceder a lo que pedía?

Taehyung le incomodaba demasiado el contacto visual, a través de ellos el creía que se podía ver el ser vacío que era, de aspecto bastante desagradable y con una vida demasiada miserable para ser verdad.

Muchos recuerdos volvieron manifestarse en su mente, como aquella vez que uno de sus compañeros de escuela le retó a un duelo de miradas. El rubio no tenía ningún interés hacerlo, pero el otro pareció ignorarlo y al mirarlo a los ojos, se alejó diciendo:

—¿Qué eres? Tu mirada es tan vacía que me da escalofríos...

Aquel comentario le sorprendió la primera vez que lo escuchó, pero lo que no sabía era que pronto eso se volvería costumbre a lo largo de su vida.

Todos sus conocidos le decían lo mismo cada vez que lo miraban directamente a los ojos.

No le gustaba.

Lo odiaba...

Sólo una última vez— le suplicó a su dignidad tolerarlo una vez más.

Pronto ya no volvería a sentirse así, todo sería diferente.

Taehyung estaba preparado mentalmente para lo que se venía, demonios, sí que lo estaba. Pero lo único que recibió a cambio fue un comentario inesperado.

—¿Eres extraño, sabes?— soltó la barbilla del rubio y el contrario desvío la mirada del súcubo cabizbajo, sus palabras no dolían tanto como la de los demás.—Nunca he visto personas que ocultan alguna parte atractiva de su cuerpo. Entonces, ¿por qué ocultas tus ojos?— Taehyung sintió de nuevo su mirada penetrante, mientras terminaba de escuchar aquello.

No entendía porqué decía cosas así de raras, no era lo que él se esperaba.

Siempre se sentía extraño, pero esta vez era diferente, un sentimiento con un toque de emoción.

—Pero conmigo no vas jugar así. Tus atractivos ojos cafés no van a cautivarme, porque el experto en eso soy yo.— soltó con un notorio puchero y se levantó dándole la espalda molesto, con las manos cruzadas.

¿Cómo aquel súcubo podía cambiar rápidamente de estado de ánimo?

El rubio vió a su reacción muy graciosa e infantil, casi pareciera que no fuera un demonio con la intención de acabar con su vida, sino simplemente un niño pequeño haciendo berrinches.

Y Taehyung amaba a los niños, al igual que su abuela.

Su abuela... casi la había olvidado.

Venían a ella muchos niñitos de casas vecinas a visitarla y jugar con ella. Él, en ese entonces, pequeño Taehyung era muy tímido a pesar de ser varios años mayor que ellos. Pero con la confianza que le brindaba ella al verla conversar con aquellos niños, pronto se encariñó con ellos, su abuela y ellos eran los únicos de los que no salían palabras hirientes.

Aquel recuerdo junto con la calidez que traía consigo, le produjo nostalgia. Y con ella una corta risa se escapó de sus labios involuntariamente.

El súcubo se giró hacia el mirándolo hipnotizado por aquella risa, nunca había escuchado una que provenga de una voz tan grave con la que tenía él.

¿Qué otras cosas extrañamente atractivas sabe hacer este extraño humano?—agradeció Jungkook que aquello lo haya dicho para sus adentros, no debería mostrar ninguna debilidad frente a él.

¿Por qué me está mirando de esa manera? ¿Acaso nunca ha escuchado a alguien reír?—por el contrario, el rubio estaba muy avergonzado y extrañado por aquella risa que acababa de producir. Pero no se esperaba aquella reacción del súcubo.

No tenía idea de porqué él lo seguía mirando tan intensamente, lo estaba empezando a irritar.

Por la mente de Taehyung solo pasaba la idea de que en cualquier momento aquel pelirrojo diría algo que destruiría todo aquello bonito que le había dicho, le diría tal vez que era una broma y luego empezaría a decirle cosas hirientes.

Le aterraba que sucediera aquello, así que pensó en una manera de distraerlo y evitar su mirada penetrante en él.

Blood Moon | VkookDonde viven las historias. Descúbrelo ahora