★ [ɪɴ ʏᴏᴜʀ ᴇʏᴇꜱ - ᴄᴀꜱɪ ᴀɴɢᴇʟᴇꜱ] ★

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Narrador Omnisciente:

Paz se encontraba sola, en el cuarto de las adolescentes, acababa de tener un discusión absurda con una de ellas, la cual perdió, y era una discusión que no tendría que haber sucedido, pero que pasó.
Cometió un error, y lo sabía. Había herido los sentimientos de Mar, y por eso estaba sola ahora. Sabía que era difícil para todos, pero para Mar era distinto, y sabía que la morocha tenía razón. La única familia que había formado y conocido en el concepto de tal, las únicas personas que sintió como padres no estaban presentes, y ella perdió el equilibrio y la estabilidad emocional.

Por eso Paz, sabía que tenía que entenderla, y lo último que hizo fue comprenderla. La reto, peleó con ella, la hizo enojar, y ahora, la había dejado sola con su tristeza. Arrepentida tras darse cuenta de todo esto, se propuso ir a buscarla, pero primero haría lo que Mar le había dicho, llamaría a todos a la sala de ensayos, y se presentaría ante ellos correctamente, cómo debía desde un principio.

15 minutos después de pedirle a su hermana que los condujera allí, estaban todos, todos menos la morocha.

- Jaz, ¿Mar no vino con ustedes? -le pregunto-

- después de que las dejamos solas, cuando volvimos ya no había nadie, ni vos, ni Mar -explicó-

- Gata, seguro está enojada, pensando en sus cosas, por alguna parte dale su espacio, no se va a escapar -la defendió su mejor amiga, Vale fue la primera en pensar que quizás esa conversación no había terminado bien-

- es que les quería decir algo a todos -al ver la cara de la tumbera, sin paciencia, temiendo a qué comenzaran a marcharse habló- quería pedirles disculpas, nunca me presenté ante ustedes cómo me correspondía, y eso quiero hacer ahora.

"Mi nombre es Paz Bauer, soy hija de Ángeles Inchausti y Nicolás Bauer, nací en Agosto del 2009, un mes después de que ustedes viajaran, y el vídeo que les mostramos con Hope, ese día que llegaron al futuro, es el mismo día correspondiente al pasado, en el que yo llegué al mundo. Está bien si deciden no creerme, o si desconfían acerca de quién soy. Pero yo crecí con mis tíos cariñosos, que siempre jugaban conmigo y me consentían, mis tíos que me celaban con mi papá, y mis tías que me defendían y los retaban. Así fue mi infancia, en una familia numerosa, pero repleta de amor, en la que todos eran especiales" -

Luego Hope también se presentó, y Camilo igual, por lo que todos, bueno, los presentes, los perdonaron así que las cosas estaban bien.

Excepto por el hecho de que Mar no había querido ir, así que Paz fue en busca de ella, pero primero, necesitaba un consejo, así que corrió al altillo, en busca de consuelo.

Marcaba, uno, dos, tres tonos. Sin respuesta y cortó. De nuevo, uno, dos tonos y se escucha una voz dulce al otro lado de la línea

-Hola? -preguntó- Paz? -silencio- hija estás ahí? -

- "Mamá..." -dijo con la voz entrecortada- la lastimé -fue lo único que dijo, y Cielo del otro lado de la llamada, comenzó a preocuparse, silencio de nuevo

- ¿Qué es Paz? No me asustes por favor -

- Herí sus sentimientos y se enojó conmigo, tiene razón de enojarse, tiene razón con lo que me dijo, y ahora no la encuentro, ayudame por favor-

- hija, ¿me querés contar? -preguntó amablemente la ex malabarista de l otro lado de la línea-

- Desde que llegaron del pasado, están rebeldes, hace un rato tuvimos una charla con todos junto con Camilo y Hope, pero ella no sé que le pasó, y reaccionó mal, se fue. Después fui a buscarla, discutimos sobre el respeto y alterada le dije algo que estaba mal, que la lastimó, y lo arruiné todo -soltó a su madre toda esa información, como un balde de agua fría con lágrimas en sus ojos-

- Ay Paz, Paz, Paz. Hija tenes veintidós, y te comportas como si tuvieras dieciséis como ella -una sonrisa fugaz recorrió su rostro-

- Perdón -dijo apenada-

- Lo sé, se que no fue intencional cariño, pero debes de disculparte con ella, no conmigo -

- Sí, es lo que voy a hacer le debo una disculpa, y una explicación, pero no sé si va a ser tan fácil que me perdone -

- quizás solo requiere tiem...-la frase que Cielo estaba diciendo se cortó al medio de un segundo a otro-

- Mamá...? Estás bien? -sin respuesta- Ma! -Cielo comenzó a sentir un dolor en el pecho, y una mano llevó al lugar afectado-

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la morocha estaba en el patio, justo al centro del mandala, boca arriba en el piso, tratando de manejar una crisis emocional que iba en mayor aumento . El día se tornó gris (la foto sin la carta)

- ¿Qué se supone que deba hacer? No quiero más, NO QUIERO MÁS NADA -soltó Mar con frustración. Su voz entrecortada, sus ojos humedeciéndose, y con un dolor y una angustia en aumento en su pecho cada vez mayor -

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- Algo le sucede -reaccionó el Ángel de Eudamon dejando su trance de lado- Paz, tenés que buscarla -su tono sonaba alarmado, y la preocupación predominaba en su voz- encontrá a tu hermana, por favor, ayudala- soltó esto último con lágrimas en sus ojos. Resulta que todo lo que la morocha sentía, se espejaba en la rubia, era como un lazo, una conexión muy fuerte que siempre las uniría-

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Y ya sin poder aguantar las lágrimas, la primera rodó por su mejilla, y descendió por su cuello, cayendo al piso frío, y en ese mismo instante, una gota de lluvia cayó en su mano, y entonces quiso creer, para olvidar su soledad, que el cielo lloraba con ella.

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Paz corría desenfrenadamente e busca de Mar luego de cortar con su madre, ahora la preocupación se veía en sus ojos, pero no la encontraba por ningún lado, escuchó un trueno y supo que llovía, y que su hermana estaba llorando por consecuente, en eso era igual que Cielo. Buscaba sin cesar, abría y cerraba puertas, preguntaba a quien viese, con tal de encontrarla, hasta que recordó lo que podía hacer, y recorrió a sus habilidades (como cuando Jaz obtuvo esa habilidad donde veía y escuchaba a los demás).

Para ese instante, todos habían corrido a refugiarse dentro de la residencia, y el barullo, las voces indistintas, y la concentración de gente no la ayudaban

No podía visualizarla, no la encontraba, y la desesperación no ayudaba. Cerró sus ojos y trató de concentrarse, respiró profundo, calmando su nerviosismo y la vio, supo donde estaba y corrió a su encuentro

- ¡Mar! -la llamó cuando llegó a su lado, arrodillándose. La adolescente aún acostada sobre el suelo, toda empapada por la lluvia que no cesaba, como su llanto, giró su cabeza, y al verla se paró, la rubia se acercó a su encuentro, ahora las separaban unos cuantos centímetros de distancia-

Si decir ninguna palabra, Marianella pensó que había llegado para en cierta forma salvarla, de su propia angustia, de su ahogo, de su desconsuelo, y su sofocación. Y aún estando enojada, peleada, dolida o lo que fuese, corrió a sus brazos, buscando refugio en ellos, la abrazó con fuerza, aumentando su llanto incontenible que había estado guardando, y Paz, reaccionó al instante, abrazándola con la misma fuerza pidiéndole perdón sin la necesidad de palabras, sintiendo su dolor.

Y sin que nadie lo viese, ni que ellas lo notaran o se dieran cuenta, un brillo suave las iluminó, rodeándolas por completo