Chuuya aún no entendía el extraño comportamiento de su nuevo amigo más no se quejaba, tener a Dazai a su lado era realmente divertido aunque el pequeño niño no mostrara interés.
Y una vez más ahí estaban, ambos niños en la habitación de Dazai, llevaban dos semanas conviviendo y conociéndose y Chuuya seguía tan emocionado como el primer día que lo vio sentado leyendo su libro. Llevó algunos de sus juguetes y libros para colorear a la casa de su amigo.
Cuando estaban solos, Chuuya comenzó a contarle sobre su día a Dazai, el castaño no tenía ni un ápice de curiosidad por las cosas que pasaba el ojiazul ni las aventuras que con tanta emoción le relataba, simplemente coloreaba con un rostro serio.
— ¿Y qué crees?— preguntó con entusiasmo el pelinaranja.
— ¿Qué?
— Mi mami acaba de comprarme un nuevo peluche de conejo.— alzó las manos feliz y sonriendo grandemente. Dazai solo lo miró para después regresar su vista al libro— ¿Quieres verlo?
— Si.
Chuuya soltó un chillido de emoción y de su pequeña mochila sacó un bonito peluche en forma de conejo y se lo extendió a Dazai, éste lo tomó entre sus manos para después mirarlo fijamente sentándose al lado del pelinaranja.
— ¿Te gusta?— el pelinaranja preguntó intrigado viendo las reacciones de su amigo, Dazai se encogió de hombros sin interés, Chuuya frunció el ceño— ¡Pero míralo bien!
El castaño de nuevo enfocó sus orbes en el muñeco— Me gusta.— dijo después de unos minutos de silencio.
Él ojiazul soltó un grito de emoción para después sin planteárselo se levantó y abrazó a Dazai, el castaño se quedó sin saber que hacer, nunca nadie se había acercado tanto a él a excepción de su padre, muchas cuestiones comenzaron a llenar la cabeza del pequeño de orbes cafés, con lentitud rodeó el cuerpo de su amigo y recargó su cabeza en el hombro de Chuuya.
Se quedaron un tiempo en esa posición hasta que Dazai lentamente se separó de su amigo y puso distancia. Chuuya sonrió con emoción brincando en su lugar.
— Le diré a mi mami que te compre uno también si te gustó.— dijo alegre volviendo a sentarse, el pequeño castaño lo imitó y siguió coloreando— ¿Te gusta la idea?
— Si.— respondió tomando el color azul. Lo miró detenidamente para después dirigir su vista a Chuuya, puso el lápiz de color al lado de la cabeza del pelinaranja, el ojiazul lo miró interrogante— Es bonito.
— ¿Eh? ¿Qué cosa?— preguntó intrigado alternando sus ojos del color a Dazai.
— Azul— contestó simple para después seguir coloreando. Chuuya frunció el ceño confundido, después de unos minutos se dio cuenta de qué se refería y un leve sonrojo se dejó ver en sus mejillas.
Siguió coloreando también con una sonrisa en su rostro, cuando ambos estaban por terminar sus dibujos, Chuuya alargó el brazo hacia los colores y sintió una mano fría que rozó sus dedos, volteó encontrando la mano de Dazai, éste también lo miraba fijamente y con una sonrisa el pelinaranja entrelazó su dedo meñique con el de su amigo, Dazai por inercia hizo lo mismo.
Cuando se soltaron ambos niños, cada uno regresó a sus dibujos para terminarlos. Una vez que Chuuya dio su último rayón se levantó sonriente con su hoja en mano, dio brincos llamando la atención del castaño.
— ¡Listo!— dijo con emoción mostrándole finalmente su dibujo. Dazai lo tomó mirándolo fijamente, en la hoja se podía ver muchos colores mezclados, había una casa de color café, y la parte superior estaba pintado con azul, algunas nubes y un sol sonriendo también se dejaron ver— ¿Te gusta, te gusta, te gusta?— preguntó con entusiasmo.
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Indifferent To Pain || Soukoku
FanficDazai Osamu no siente ningún tipo de dolor, ni físico ni emocional. Es un verdadero problema y su mejor amigo Nakahara Chuuya hará todo lo posible por ayudarle. Pero todos en algún momento llegamos al limite y Chuuya tendrá que afrontarlo de la peor...