Prólogo

1.4K 147 6
                                    

Minho había reprobado dos cursos en su primer año, Matemáticas e Historia, y por eso se encontraba un mes de verano, junio, en la escuela tomando unas clases. Al menos tendría el mes de julio para disfrutar, pero seguía siendo un poco frustrante el haber reprobado en su primer año en esa escuela. Como sea, si no quería repetir año, era mejor tomar esos cursos en el verano. Ya solo le faltaba un día más para terminar, y podría quedarse en su casa, tirado en su cama, haciendo nada, como siempre.

Salió del curso de Historia, el último que tomaba en el día, y fue año baño ya que tenía ganas orinar. Cuando terminó, se lavó las manos, se las secó y salió a prisa para llegar a su casa y encerrarse en paz. Tan deprisa salió que chocó con un chico, suponía que uno de los pocos que también tomaba clase de verano, lo miró y pidió disculpas. No lo había visto nunca, pero solo pidió disculpas de nuevo y se dispuso a irse.

-¿Me darías tu número?

-¿Eh? -Minho se volteó a verlo confundido levantando una ceja.

-Qué si me das tu número.

-No estoy para bromas yo...

-No es broma. -le calla. -Soy nuevo aquí. Solo vine a dar un pequeño recorrido, dejar mis papeles listos y todo eso. Vine al baño porque necesito ir, pero no creo poder ir en paz hasta tener tu número. -Minho solo se ríe y se acerca al chico.

-¿Transferido? -el chico asiente. -Busca mejores amigos. Soy un idiota que está aquí por fallar dos cursos.

-Bueno, y yo me estoy aguantando las ganas de orinar para poder tener tu número. ¿Qué dices? -Minho se vuelve a reír, pero niega.

-Chico que se está aguantando las ganas de ir al baño, ven aquí mañana. Si de verdad estás interesado, estarás aquí mañana a esta misma hora. -le da un golpecito en el hombro y se gira para irse.

-¡¿Al menos puedo saber tu nombre?! -le grita reaccionado un poco cuando ya Minho está al final del pasillo.

-¡Minho! -le grita girando un poco y riendo.

-¡Yo soy Chan! -le grita de vuelta también sonriendo.

Minho se ríe, niega un poco y sigue caminando a la salida. Al llegar a su hogar, que quedaba a unos quince minutos caminando, va a su cuarto, sin siquiera saludar a sus padres, y se tira a la cama. El chico era guapo, era cierto, pero dudaba que fuera a verlo mañana. Era demasiado bueno para ser verdad.

Al día siguiente, cuando terminó su último día de clases de verano, no esperó ver a Chan esperando fuera del portón de la escuela por él. Ni siquiera ocultó su asombro.

-No creí que vendrías.

-Me aguanté las ganas de orinar hasta casi explotar ayer. ¿Por qué no vendría hoy? -sonríe un poco y Minho se pone tímido, pero solo un poco.

-Ten. -Minho le tiende su celular y Chan lo toma de inmediato para apuntar su número y llamarse.

-Bueno, futuro novio, aquí tiene su celular. -se lo devuelve y Minho se ríe.

-Creo que estás muy confiado con esto. Y por cierto, estás de suerte. Hoy es mi último día de verano.

-Pues qué gran suerte. -responde. -Y sí. Estoy confiado porque serás mi novio. -vuelve a decir y Minho ríe de nuevo. -Te hago reír. Es un buen comienzo. ¿Qué te parecer ir a la heladería del centro comercial? Digo, si vine hasta aquí, debo aprovecharlo.

-Déjame lo pienso. -se hace el interesante por unos diez segundos, pero realmente no tenía nada qué pensar. -Sólo si me compras uno de fresa.

-Trato. -dice sonriendo emocionado y Minho le sonríe de vuelta.

Bueno, era un buen comienzo de ciclo escolar, aunque técnicamente aún no comenzaba su segundo año.

TiredDonde viven las historias. Descúbrelo ahora