1. Cuando reaccioné a lo ocurrido, no sabía si llorar, gritar, asustarme... . Mis emociones estaban perdidas, y mi coherencia aún más.
No sabría que mi primera víctima fuera mi psicólogo, aunque ahora pensándolo mejor, fue la segunda. Yo fui la primera que murió en vida desde que él está aquí, mi vida trata de ordenes seguidas, y sobre todo por él. Escuchaba como se reía a carcajadas, se reía de verme a mi en esa situación, se reía al ver el charco de sangre que manchaba mis zapatillas blancas.
-¿Qué deberías de hacer ahora, pequeña?
Me preguntó.
-¿Por qué me haces esto?
Respondí con la piel pálida y con mi cara salpicada de sangre aun caliente.
-Yo no hice nada. Tú fuiste quien sujetó ese cuchillo y le cortó todo su pecho. No te obligué, fuiste tú, solo tú.
Me dijo mientras tenía una sonrisa de oreja a oreja en su oscura cara.
Esa fue la única vez que me respondió, y probablemente la última.
Pasaron cinco minutos de lo ocurrido, yo seguía sin saber qué hacer. Aunque mi mente todavía seguía perdida, sabía que no podía dejar el cuerpo ahí, así que lo primero que se me ocurrió fue esconderlo temporalmente e ir a lavar mi ropa manchada de sangre. Tenía miedo, mucho miedo, pero no podía depender de ese sentimiento ahora mismo.
Lo escondí en un armario que tengo en el sótano (se me olvidó decir que mis terapias era en casa). No podía dejarlo mucho tiempo ahí, sabía que pronto iban a sospechar, así que tenía que pensar qué podría hacer con él. Primero fui al baño a lavarme la cara para quitarme las manchas de sangre ya escamadas en mi piel. Luego, metí mi ropa en la lavadora, mientras se lavase limpiaría la alfombra ensangrentada y el sofá, luego limpiaría el suelo y las escaleras del sótano con mis huellas de sangre. Estaba sola en casa, pude hacer todo esto rápido sin que nadie se enterase. Tras mi ropa ya lavada, la puse en el radiador para poder secarla lo antes posible,tenía planeado en la noche sacarlo y llevarlo al bosque que tengo detrás de mi casa y enterrarle en el punto más lejano posible de la civilización, así la posibilidad de ser encontrado sean casi nulas.
Llegó la noche, mi madre ya estaba en casa.
-¿Qué tal con el psicólogo Dei?
<<Dei, Dei es el nombre con el que la mayoría se dirige a mi.>> se me perdió la mirada y me puse un poco nerviosa.
-¿Estás ahí Dei?
-Eh...sí, mamá, me fue bastante bien, pero se fue un poco antes de lo previsto. Tenía unos asuntos personales.
-Bueno me alegro que te haya ido bien. Por cierto, recuérdame que el 2 de Diciembre tengo una pequeña reunión con él. Sabes que las fechas se me dan mal.
-Claro mamá, te lo recordaré siempre y cuando no se me olvide a mi.
Esa noche ni siquiera cené. Después de lo ocurrido se me fue el apetito e incluso las ganas de dormir.
2. 4:12 de la madrugada, 28 de Octubre.No pude dormir ni un solo minuto, pero a las cuatro de la mañana decidí ir al bosque y hacer lo planeado.
Fue más difícil de lo que pensaba llevarlo hasta ahí, pero de alguna manera que desconozco lo logré.
Como siempre, él estaba viéndome sufriendo
-Al menos podrías ayudarme un poco. Este cuerpo pesa demasiado.
solo se rió de mi mientras me miraba fijamente siguiendo cada paso que daba.
-Deberías de dejarlo aquí.
me dijo él apenas haber andando menos de tres minutos.
-¿Estás loco? Es demasiado fácil encontrarlo aquí.
-Bueno, haz lo que quieras, pero si sigues caminando, te pillarán.
Le miré extrañada. Por un momento me quedé quieta pensando en lo que me dijo.
Puso las manos en mis ojos tapándolos por unos diez segundos, luego me quitó las manos y sonrió.
-¿Por qué hiciste eso?
Le pregunté exhausta de llevar el cuerpo.
-Y bien, ¿vas a querer seguir caminando?
Asentí con la cabeza sin pensarlo dos veces.
Seguí caminando con él a mi lado por media hora, tenía miedo a perderme, pero no pensaba en eso, solo en poder esconder el cuerpo sin ser descubierta. Unos dos minutos después escuché unos palos crujir.
-¿Qué es eso?
Pregunté intentando hacerme una idea sobre lo que había escuchado. Tal vez era un animal, el viento, o mi peor pesadilla en ese momento, una persona.
-¿Quién está ahí?
Resonó una voz entre los cientos de árboles que me rodeaban.
-Te lo dije.
Él se dirigió a mi con una voz seductora susurrándome al oído. Un gran silencio se apoderó de mi. Estaba más nerviosa que nunca, no podía pensar con cordura.
-¿Estás perdida?
Me preguntó esa voz acercándose más y más viendo como un linterna se veía en el fondo
-¿Quién era ese?
Me pregunté a mi misma.
-La persona que te descubrirá.
Me dijo él mientras lo repetía una y otra vez en mi cabeza. Dejé el cuerpo tirado, mi único pensamiento fue solo en correr sin mirar atrás. No me dí cuenta de hacia dónde iba, sin darme cuenta, mi pie fue capturado por una trampa de osos. No grité, solo me quedé impactada al ver lo que estaba pasando.
-Te lo dije, y no me hiciste caso.
Me dijo él mientras se iba poco a poco.
Quedé rendida en el doloroso suelo clavándome todos los palos rotos que habían en mi espalda.
-Duele.
Dije mientras mi pie era desgarrado por aquella trampa, dejando un gran charco de sangre en mí. Cuando pensé que esa era la última imagen que tendría en mi memoria por el resto de la eternidad, él me destapó los ojos quitando sus manos.
-¿Ves qué pasaría si sigues caminando?
Quedé atónita y enterré el cadáver exactamente dónde él me dijo hacerlo. Sentí que estaba en el infierno, como en el infierno en persona.
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Atormentada por mi ser
Mystery / ThrillerSoy una adolescente con personalidad INTP-T que normalmente no le importan lo demás más que a ella. Pero a él eso no le gusta. Tras un episodio fuerte en mi vida, fui "bendecida" por alguien que me persigue desde hace siete años, es como mi sombra...