Nota: Siento si esto les parece algo repetitivo, ya que las cuatro partes están relacionadas con el quidditch, pero espero que les guste. Si alguno de los cuatro shipps no es de su agrado, pueden saltarse ese capítulo, ya que las cuatro historias son independientes.
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Sirius Black es muchas cosas. Irremediable travieso, tiene sonrisa de gamberro, provoca desmayos en las chicas con una mirada y es increíblemente seguro de sí mismo, lo que lo hace inamovible de su trono invisible. Pero Remus lo conoce a fondo, ya que desde el primer día en el tren que son amigos y sabe cosas que quizás ni siquiera James sabe. Porque James no es sino otro de los reyes invisibles de Hogwarts, sobre todo desde que están en su último año y parecen creer que no hay nadie con más autoridad que ellos en el colegio, excepto Dumbledore quizás.
Y quizás porque ambos son dos imágenes perfectas de lo que desean los demás, Sirius no se permite mostrar sus imperfecciones delante de James. Pero el las tiene, aunque a Remus no le guste llamarlas imperfecciones, así como James las tiene. Remus sabe, sin embargo, que él tiene a Lily para desahogarse y desde que empezaron a salir, ese mismo año, llevan pegados como lapas.
Sirius, por alguna razón, pese a saber que podría escoger a casi cualquier chica de Hogwarts y esta escucharía sus lamentos eternamente, le juraría amor eterno y le haría cosas innombrables, parece haber decidido que él tiene a Remus.
Cuando en cuarto año Sirius volvió de las vacaciones de navidad con un moretón en su rostro, bromeo acerca de ello con James, diciéndole que lo habia hecho una chica después de que este terminara con ella. Más tarde, en la soledad del dormitorio, mientras James y Peter asaltaban las cocinas, le confesó con voz ronca, como si quisiese romperse, que aquello era obra de su madre.
Remus no habia preguntado, pero Sirius sabia que siempre tendría su hombro para llorar en el. Remus lo abrazo cuando le mostro su espalda, llena de marcas y fingió no ver las solitarias lagrimas de Sirius. También intento no sentirse especial.
Es el último partido de quidditch antes de que termine el año escolar y se conviertan en magos adultos que ya no van a Hogwarts. El ansiado partido de Gryffindor contra Slytherin decidirá la copa de ese año y las expectativas de todo Hogwarts pesan sobre los jugadores. Remus ve a uno de los golpeadores vomitar durante el desayuno y la otra mitad se ve verde de los nervios. Hasta James, que es el capitan y debería dar el ejemplo, luce al borde del colapso y mas despeinado que de costumbre.
Pero Sirius se hace cargo de la situación, con su personalidad brillante y dirige el equipo como si fuese el capitan. Los anima a desayunar, los conduce fuera del gran salón antes de tiempo, arrastrando a James con él, que se ve desorientado y los hace cambiarse para calentar antes de que llegue el equipo rival y los espectadores.
Cuando todos salen de los vestuarios, con la moral más alta gracias a un discurso improvisado de Sirius, Remus entra a los vestuarios, con aspecto de no haberlos pisado en su vida. Casi fue así, dado que nunca le gusto el quidditch. Luce despeinado por suave brisa fresca que azota el campo y lleva una bufanda en torno a su cuello.