Pie de Manzana

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-¡Vamos __! ¡Alístate ya! Que no tenemos todo el día-
Mi madre gritaba desde abajo. Estaba tratando de que el vestido el cual me habían obligado a ponerme no me quedara tan pegado al cuerpo. Mi madre había insistido en usar este.

-¡Ya voy!- grite poniéndome los converse rápidamente. Al menos podía usar cualquier zapato que quisiera. Nunca se sabe cuándo habrá que correr de algún loco.

-¡Si no te apuras te las verás conmigo maldita!-

Suspire hondo tratando de mantener la compostura, metiendo por último una navaja suiza adentro de mi zapato. Ya era tradición cada vez que salía.

Por fin llegue a el piso de abajo en nuestra casa. Aún que no fuera tan grande era de espacio decente. Mi madre había trabajado para vivir una vida lujosa desde que tuvo edad para hacerlo.

Tal vez si no hubiera pasado su vida trabajando no sería tan estricta conmigo.

-Es mejor que te comportes en esta cena. Alina es una mujer importante y debemos impresionarla. Esta es una de las mejores oportunidades que tendremos en nuestras vidas- su tono de felicidad era inusual, pero asumí que estaría muy emocionada para esto.
Ella estaba arreglando mi pelo el cual en sus palabras estaba "desordenado y seco" mientras me seguía contando sobre esta cena tan especial.

-Tiene un sobrino de tu edad ¿sabías? El pobre niño tuvo una situación difícil. Pero ella fue tan amable de acceder a cuidarlo un día por semana. Para asegurarse de que crezca como un muchacho estudioso y educado-

Por fin termino de acomodar mi pelo, lo cual significaba que podíamos por fin irnos.

El chofer estaba esperando en frente de el carro, abriendo la puerta para mi madre. Yo me subí sola. No podría expresar cuanto odio este trato que mi mamá a hecho que los empleados mantengan con nosotras. Es tan innecesario.

Después de un tiempo llegamos al lugar. Un restaurante muy lujoso, había oído de los compañeros en mi escuela que servían buena comida. Tendría que comprobarlo.

Al entrar pude reconocer a la mujer de la cual mi madre estaba balbuceando sobre rápidamente. Su cabello rubio claro estaba atado en un moño muy ajustado. Usaba un traje apretado como mi vestido, acentuaba su cuerpo. También notaba un reloj el cual ella estaba viendo constantemente. Su boca parecía depravada de sonrisa alguna.

Lo que en verdad llamo mi atención,
Fue el chico a su lado.

Parecía de mi edad. Pelo del mismo color que la mujer pero más desastroso, aunque se notaban los intentos de arreglarlo. También estaba usando un traje aunque se veía que no le quedaba. Estaba arrugado y con notables manchas.

Lo que más me sorprendió,
Fue su ojo.

Tenía un ojo de vidrio. Con las luces del restaurante parecía como una estrella. En contraste a su otro ojo que era marrón claro sin nada especial.

¿Porque un chico de mi edad necesitaría tal ojo?

Mi madre pronto encontró a la mujer y me jalo hacia la mesa en la cual se encontraban.

-¡Alina!-
Mi madre sonrió de la forma brillante la cual usaba para cada reunión de negocios que había tenido en su vida. La sonrisa que le ganó múltiples empleos y múltiples ventas.

Parecía que a esta mujer, el encanto de mi madre le importaba una mierda.

Lo noté en su mirada.

-Clara, es un placer que hayas aparecido. Aunque unos minutos tarde, puedo perdonarlo.-

Mi madre parecía empezar a notar lo mismo que yo

-Ah, lo siento, nuestro chofer es un incompetente. Me aseguraré de despedirlo de inmediato-
Dejo ir una risa nerviosa y tomo asiento.

-Te presentó a mi sobrino, veo que has traído a tu hija-

Mi madre asintió
-___, es muy excepcional. Sobresale en el tennis y es de las más inteligentes en su colegio.-

Mi madre parecía lista para nombrar cada cosa que hubiera hecho bien, aún que algunas fueran exageradas, pero Alina le interrumpió.

-mi sobrino es el mejor en su año, segundo lugar de todo el colegio. Tiene múltiples trofeos de carreras que ha corrido alrededor del país y ya tiene una beca para ir a Brown en su futuro.-

La forma seria en la que ella dijo esto dejó a mi madre sin palabras.

Esto no parecía estar llendo bien para ella.

El chico se veía avergonzado. No dijo nada, simplemente miro hacia el otro lado.

Se veía bonito de esa manera.

Alina y mi madre hablaron más sobre cosas de negocio, las cuales no me interesaban. Me dediqué a hablar un poco con el sobrino de esta.

Al parecer de llamaba Charlie.
Casi no hablaba, pero no me molestaba cargar la conversación. Además tampoco era muy habladora.

Cuando llego el mesero, todos ordenaron. Yo pedí un bistec con arroz y una ensalada. Simple, si, pero no entendía la mitad de los otros platos. Las letras saltaban en el papel como usualmente hacían.

El único que no había ordenado era Charlie.

Después de unos minutos cerró el menú y miro al mesero

-un pie de manzana porfavor-

Sentía como la risa empezaba a salir de mi boca abierta. Mi madre me miro, y ahí supe que debía parar pero no podía.
¿Un pie de manzana? ¿Vas a el restaurante más lujoso del país y ordenas un pie de manzana?

Tuve que cubrir mi boca.

Cuando levante la mirada

Vi a Charlie, sonriendo devuelta. Su risa contendía mejor que la mía.

Brillante como el vidrio (Charlie x Reader) Donde viven las historias. Descúbrelo ahora