Primera parte

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La casa se erige frente a ambos investigadores, sola, en silencio, tal como ha estado durante el último mes.

-Para la buena ubicación que tiene la propiedad, debe pasar algo muy malo para que la gente no quiera vivir en ella - Mientras Sherlock lucha un poco por hacer girar la llave dentro de la cerradura de la puerta frontal, William observa en silencio los alrededores - Es un desperdicio que no se ocupe por un par de historias de fantasmas - Finalmente el picaporte cede a los intentos y la puerta se abre - Está demasiado descuidado para tener sólo unos meses de abandono -

-Quizá los Macario dejaron de ocuparse del patio y la fachada desde que Vitorio enloqueció - Aún recuerda la aterrada mirada en el rostro del hombre cuando mencionaron la casa. No es de extrañar que haya tenido que ser internado en el manicomio con lo violento que se puso.

Aunque no lo digan, piensan que esa familia debería estar agradecida. A pesar de que ambos padres terminaran en una institución psiquiátrica en menos de un año, fueron los menos afectados en comparación con las familias anteriores.

Entran en la propiedad despacio, ajustándose despacio a la oscuridad del lugar hasta que encienden las linternas de aceite. El largo pasillo tiene algunas puertas a ambos lados y, sin necesidad de hablarlo en voz alta, cada uno revisa un lado de la casa.

Tras la primera puerta de la izquierda, Sherlock encuentra una habitación repleta de cosas. Avanza en el reducido espacio que hay entre las pilas de objetos de varias épocas mientras trata de buscar algo que pueda ayudarles con su propósito de demostrar que, lo que sea que ocurra en esa casa, no es algo paranormal. Al fondo de la habitación, al lado de un depósito de agua oxidado e incluso una bicicleta que no está en mejor estado, observa un aparador cuyas puertas se encuentran cerradas con tablones de madera. No tiene que pensarlo mucho para terminar de acercarse y buscar algo que lo ayude a destrabar el mueble.

Por su parte, William entra en el salón. Los muebles e incluso la vajilla incompleta del escaparate parecen ser de la época de la construcción de la casa... pero, lo que más resalta al momento es el olor de algo en descomposición. Es algo tenue en la habitación pero, logra distraerlo un momento. Con una revisión un poco más minuciosa logra enfocar con la luz la gran cantidad de figuras religiosas que hay en todo el lugar; cruces colgadas por todas las paredes, muchas acompañadas por rosarios de todos tamaños e incluso marcos con imágenes de santos, además de algunas fotografías. En ellas pueden verse a una pareja con dos niños; un alegre Vitorio que se muestra enamorado de su familia, una feliz Gabriela que abraza a sus hijos y estos posando con emoción ante la cámara. Quizá, si resuelven lo que ocurre ahí, los padres puedan recuperarse...

Escucha algo de ruido en la dirección donde fue Sherlock. Sale de sus pensamientos para volver sobre sus pasos y asomarse a la habitación en la que entró el otro, encontrando una nube de polvo al fondo rodeando la silueta del contrario frente a un mueble.

-Encontré algo - Sostiene lo que parecen algunos libros en sus manos y se acerca a él, saliendo de nuevo hacia el pasillo donde tienen un poco más de luz al combinar el haz de ambas linternas - Propiedad de W. Corbitt... -

-Walter Corbitt - Murmura William -

-Estaban dentro de ese anaquel, cerrado con tablones. Quizá el albacea de Corbitt los aseguró ahí dentro para que nadie los tomara después de su muerte -

-El Reverendo Thomas, de la Capilla de la Contemplación - Hojea un poco uno de los diarios. Parecen ser notas sencillas, como un diario, aunque hay cosas que no parecen tener sentido - Deberíamos revisarlos con cuidado más tarde - Asienten a ello y acomodan los cuadernos en la sala de estar.

-¿De dónde viene ese olor? - Sherlock respinga un poco la nariz pero no tarda en comenzar a olfatear el origen de la pestilencia que William percibió antes, lo cual los lleva al comedor en la siguiente habitación.

De nuevo, los muebles son antiguos pero, sobre la mesa del comedor están acomodados tres juegos de platos con restos de comida pudriéndose, en especial al interior de la sopera, desde donde salta un pequeño ratón al ser molestado por la luz y corre a algún lugar de la casa. Ambos hacen un rápido vistazo a la posición de las sillas y no tardan en darse una idea de lo que pudo haber pasado, en especial con los restos de un vaso hecho pedazos al otro lado de la habitación, al pie de la pared.

-Podemos revisar de una vez la cocina y luego bajar al sótano, antes de que esté aún más oscuro - Antes de que alguno pueda agregar más, se escucha un golpe encima de ellos, desde el primer piso. Basta que intercambien una mirada para que salgan sincronizados hacia la cocina pues esta comunica de nuevo con el pasillo principal.

Suben con cuidado, tratando de no hacer ruido, mientras Sherlock toma la delantera. Tomando una actitud precavida aprendida de William en los últimos meses desliza su mano hacia el bolsillo interior de su saco para tomar el arma que Billy le dio cuando comenzó a trabajar con él. De la misma forma, William empuña su bastón que, aunque no sea del mismo diseño que el estoque que solía usar antes, también contiene una afilada hoja al interior de la vaina que es en realidad el bastón.

Con cuidado, William se asoma al interior de la primera puerta, encontrando el baño, mientras Sherlock se mantiene atento al pasillo. El aroma de agua estancada delata la falta de mantenimiento del lugar pero, fuera de ello, no parece haber nadie ahí. Cuando da la señal de que esa habitación está vacía, Sherlock vuelve a tomar la delantera para revisar la siguiente habitación. Esta se encuentra bastante vacía en comparación a las estancias anteriores, por lo que parece una habitación de invitados que no ha sido usada en más tiempo que el resto de la casa pues la base de la cama no sostiene un colchón siquiera.

Repiten la estrategia de cuidar la espalda del otro mientras uno revisa en las siguientes dos habitaciones; la que queda a mitad del pasillo resulta ser la habitación de los niños pues un par de camas gemelas y varios juguetes dejados atrás aún permanecen en espera de que vuelvan por ellos. Al final del pasillo está el dormitorio principal. De nuevo, lo que más resalta es la exagerada cantidad de cruces y rosarios colgados por todas partes. En la mesa de noche del lado izquierdo descansa una Biblia a juego con la que el pobre Vitorio sujetaba con fuerza contra su pecho cuando fueron a interrogarlo al psiquiátrico seguramente era un regalo de bodas. No puede evitar pensar en aquellas palabras que repetía una y otra vez; "¡El diablo será derrotado con sus propias armas!".

-Terminemos de revisar el piso. Mañana podemos volver para ver el sótano - Aunque Sherlock no se sienta cansado, no quiere que William se esfuerce demasiado. Pasaron toda la mañana entrevistando a los Macario y gran parte de la tarde buscando los registros sobre aquella misteriosa "Capilla de la Contemplación" e incluso si William siempre esconde su malestar, no quiere que termine colapsando.

Ahora en orden inverso, cada uno revisa con más calma las habitaciones. En la recámara principal hay notorios signos de golpes y objetos lanzados contra las paredes, tal como había dicho Gabriela que ocurría a menudo, primero contra su esposo y luego hacia ella ante su ausencia.

Cuando revisa los cajones de la habitación de los niños, William encuentra algunos dibujos de varias cosas aunque varios comparten algo inquietante; cuando dibujan a la familia, además de los cuatro miembros, hay una quinta figura humanoide oscura que, en el lugar de los ojos, tiene un par de grandes puntos rojos.

Voltea un momento al escuchar a Sherlock pasar para regresar a la primera habitación y decide que también es momento de salir, llevando los dibujos consigo.

Entra en la habitación casi vacía y se da cuenta de algo diferente. En la ventana hay una mancha que definitivamente no estaba cuando revisó el lugar por primera vez.

-Liam - Avanza hasta quedar frente a la ventana, la cual da hacia el patio de la casa. Ahí, en la esquina inferior del vidrio, está una marca rojiza de cerca de 20 centímetros que, al observar con más detalle, se parece a la marca de una mano...

-¡Sherly! - Apenas escucha que William lo llama también se escucha el estrépito de algo pesado al moverse sobre la gastada madera. Logra observar como la base de la cama se desliza a gran velocidad hacia él. Sólo alcanza a mirar a William un momento antes del impacto.

El hechizo de la casa CorbittDonde viven las historias. Descúbrelo ahora