Primer día

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 -Quisiera ver de nuevo esos ojos que tanto he amado, verte así es lo que menos pensaba observar de toda tu persona.

Decía casi con el ultimo aliento que le quedaba a John con lagrimas en sus ojos, arrepintiéndose de a ver tomado aquella decisión en su vida, la oscuridad y las luces le encandilaban el ambiente en el que se encontraba, los sonidos o las llamadas de los demás nada de eso le importaba como verla. Pero no podía dejar de ver a esa persona que tanto amaba que tanto se esforzó en conseguir, es mentira que el primer amor no dura toda la vida. Solo el saber que todo eso paso en un abrir y cerrar de ojos, y ver que sus sueños fueron solo eso sueños y metas que no se podrán cumplir. No se arrepentía de su pasado aquel inicio de clases.

Fue el comienzo del colegio, uno de los mas dotados de capacidades para resolver ejercicios en la escuela como en la vida cotidiana, le fue de fácil acceso. Dio un suspiro solo de pensar que tenia que ir a clases, no fue para tanto pues se levanto y apago la alarma antes que esta se activara. Vio la hora cosa acostumbrada por él una hora para comenzar la escuela. No le dio la mínima importancia.

Después de acomodar sus útiles escolares y colocarse el uniforme, sabia que tenia que bajar a desayunar algo antes de irse. No se preocupaba tanto por ello y fue a la cocina, vio a su madre allí, esta le sonrió.

-Buenos días mi niño, ¿Cómo amaneciste?.- le dijo contenta pues sabia que hoy era el primer día de clases de su niño, aunque algo le preocupaba como cada día que pasaba.

-Buenos días, y bien nada nuevo. - sonaba algo engreído para solo tomar una pieza de pan y jugo de naranja que su progenitora ya había preparado.

-¿Emocionado por hoy?.- le pregunto para romper un poco el frio del ambiente, pues aunque era su hijo este no dejaba de ser tan cerrado en ocasiones con ella.

-La verdad no, dime ¿Qué puede ser diferente en esta nueva escuela? Solo otros años para entrar a la...

-No digas eso nadie sabe que puede pasar el primer día.- le interrumpió pues ya se sabia el sermón del menor, el cual era siempre lo mismo desde aquel día.

El menor solo miro al lado izquierdo para ver la hora en el reloj que estaba en la pared de manecillas, vio que solo le faltaban 30 minutos para estar y comenzar sus clases. Se contuvo a contestar a ese argumento de su madre. Solo para devorar lo que le quedaba de pan y coger el almuerzo que llevaría para su merienda. La madre solo vio sus acciones.

El joven fue por su mochila para tratar de salir de su casa en la puerta su madre ya le esperaba. No podía llevarlo a la escuela, el silencio entre ambos era evidente, ella sabía por qué eso.

-Ya me iré, si no llegare tarde el primer día. -

Vio ella como se iba marchando de su lado solo para decirle. -Recuerda hacer amigos. -

Él solo le escucho, pero siguió caminando, aparentando el ni siquiera a verle oído. Seguía caminando confiaba en lo que siempre le había funcionado, se detuvo y vio a su alrededor. Los árboles se habían teñido del anaranjado que tanto le gustaba o le solía gustar, dio una sonrisa que luego se transformo en desprecio. Continuo con su camino.

El inicio de clases, sabia donde estaba el aula que le correspondía, fue directo a este lugar, paso por la multitud de alumnos ignorantes de no saber donde estaban sus salones correspondientes. El primer día nunca le gustaba pues siempre hacían las presentaciones de los compañeros y claramente no era dichoso de conocer a nadie, tal vez hace 2 años atrás ese pensamiento hubiera sido de los que le recorrían la mente, pero no en el presente. Llego a su aula vio algunas personas que debían ser sus "compañeros" no les presto tanta atención y fue a uno de los asientos al frente de las demás butacas solo para ignorar a aquellos.

Tu sonrisaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora