Capítulo 50-"El Sacrificio de un Padre, Misión de Recuperación Vital"

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 -Esta es la aldea que tomó a gran parte de mis seres preciados y la culpable de que Sasori se haya convertido en el criminal que es.- Pensó una anciana viendo a la distancia a la aldea oculta entre las hojas, tras haber recorrido el gran desierto del País del Viento solo para cumplir la misión de su aldea... Y su venganza personal.

 -Con este golpe el Hokage estará aun más destruido e incapaz de dirigir adecuadamente a su aldea.-  Pensó Chiyo y acto seguido continuó su camino a su objetivo.

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 -Si quiero ver a Onii-chan quizá deba llevarle flores.- Pensó Naruko saliendo de casa tras haber estado toda la mañana en cama.

 -Me perdí del funeral... Pero es que no me sentía de ánimos.- Siguió pensando mientras iba de camino a la florería de los Yamanaka. 

 -¿Esa es... Hinata?- Pensó Naruko al ver a la Hyuuga comprando rosas blancas y rojas.

 -Hola Hinata.- Saludó Naruko acercándose a ella.

 La Hyuuga se puso nerviosa y respondió con un saludo tartamudo con la cabeza baja mirando al suelo y procedió a retirarse rápidamente con las rosas que compró.

 -Que raro, ¿por que se habrá puesto nerviosa? digo, más de lo normal, ¿Esas rosas serán para su novio o algún chico que le guste?.- Se preguntó Naruko. -Ojalá ese chico no sea Naruto-kun, MI Naruto-kun.- Pensó Naruko frunciendo un poco el ceño.

 -Hola Naruko, espero te encuentres bien... Lamento lo de...- Decía Ino la cual estaba atendiendo la caja en la florería debido a que la mayoría de su clan fue al funeral y no regresaba aún pero fue interumpida por Naruko.

 -Tranquila Ino, no hace falta que lo menciones, gracias igualmente.- Dijo Naruko fingiendo una sonrisa -En lo menos que quiero pensar es en ese tema, más cuando me costó tanto ponerme de pie y no durar todo el día en la cama.- Pensó la Uzumaki y compró unos tulipanes naranjas.

 -Son su color favorito, espero que cuando despierte y las vea se alegre.- Continuó pensando la Uzumaki camino al hospital para ver a su amado... hermano.

 Naruko caminó lentamente hasta el hospital, vio a la gente vestida de negro pero intentó ignorarlos para no pensar en el tema y también vio a una vieja extraña entre la multitud, pero hizo caso omiso a ello y siguió su camino.

 Llegó a la recepción y la recepcionista casi adivinando el motivo de la visita de Naruko le indicó en que habitación se estaba quedando su hermano.

  Subiendo unas cuantas escaleras y recorriendo el pasillo sintió su corazón acelerarse por ver a su hermano y entregarle las flores, anelaba que ya hubiera despertado y estuviera mejor de sus heridas, pero cuando abrió la puerta sus nervios pasaron a disgusto, pues vio a Hinata poniendo sus rosas en un florero junto a la cama de Naruto.

 -¿Hinata?- Preguntó Naruko.

 -Eh h-hola Naruko.- Respondió tímidamente la chica pálida.

 -Conque esas rosas eran para Naruto ¿eh?- Dijo la rubia pasando a mirar las flores.

 -S-sí, es que espero que se recupere p-pronto.- Tartamudeó la Hyuuga jugando con sus dedos.

 -Pues unas rosas blancas y rojas me parecen que transmiten un mensaje distinto.- Dijo Naruko.

 -B-bueno...- Decía Hinata pero Naruko la interrumpió.

 -¿Te gusta mi Onii-chan verdad? Lo noté por como lo mirabas en los Exámenes Chunin.- Siguió preguntando Naruko.

Naruto: El Camino de un SabioDonde viven las historias. Descúbrelo ahora