Sueños Catastróficos

#4. Un Choque Con El Pasado [Parte I]

03:00 Hrs.

Me dolía la cabeza y sentía como si todo mi cuerpo pesara ni siquiera podía abrir los ojos, ¿Qué mierda había pasado? Vamos Dash, tienes que hacer un esfuerzo para recordar. No estaba en mi habitación eso era seguro, había mucho ruido y algunos murmullos que se escuchaban muy lejanos, esto último se lo amerite al cansancio que de repente estaba experimentando seguro que las voces venían de la misma habitación en la que estaba.

Escuché un grito femenino lleno de agonía y como si se hubiera tratado de un interruptor recordé lo que había sucedido antes de perder la conciencia, los extraños ruidos que venían de afuera, Tyler yendo a mi habitación porque los escucho también, algo rompiéndose estruendosamente en el piso de abajo y luego de eso me concentre primero en ocultar a mi hermanito y después... Sentí una dolorosa sacudida en mi corazón ante el recuerdo, Fred estaba muerto.

Así que hice un esfuerzo por abrir mis ojos, aquello que me habían colocado en la nariz para ponerme a dormir era muy fuerte que incluso seguía haciéndome efecto, ¿o me habrán inyectado algo más mientras dormía contra mi voluntad? Nunca lo sabría y ahora eso era lo de menos. Cuando abrí mis ojos busqué rápidamente de donde venia aquel grito aun recordando las últimas palabras del asesino de mi hermano:

—Siguen ellos.

Contuve mi respiración cuando mi mirada cruzo con la de mi madre quien aún seguía viva pero solo era cuestión de tiempo, ¿Cómo nos habían sorprendido de esta manera? Se supone que estamos preparados para este tipo de situaciones, por algo éramos una familia peculiar. Lagrimas resbalaban por el hermoso rostro de mi mamá quien con su mirada me pedía que no hiciera nada, ¿Cómo podía pedirme algo así? A mí que soy su hija, prácticamente la estaba viendo morir.

Ignorándola intente moverme a donde estaban, pero fue imposible solo hasta ese momento caí en cuenta que tenía las muñecas detrás de mi espalda y los tobillos atados. Volví a vela y me regalo una sonrisa cálida pero triste a pesar de las circunstancias, mis ojos se empañaron por las lágrimas contenidas y negué, no podía perderla. Mire a mi alrededor en busca de otras alternativas, estábamos en la sala y no éramos las únicas en aquel lugar, forcejeando también con sus ataduras estaban en un extremo más lejano mi gemelo Malcolm y mi papá, aunque a una distancia prudente el uno al otro.

Malcolm fue el primero en notar que había despertado y con su mirada señalo las escaleras, fruncí el ceño, pero el seguía haciendo gestos apuntando a las escaleras, las observe, pero no estaba el otro sujeto así que no entendía su empeño en las escaleras, hubiera deseado que me dijera algo, pero junto a papá tenían cinta gris cubriéndoles la boca. Hice repaso rápido de los ajustes que habíamos hecho en casa en caso de que nos tomaran desprevenidos y entonces lo recordé. El primer escalón de las escaleras podría remover la madera frontal ahí había colocado una navaja solo tenía que acercarme un poco. Busque al tipo que me tomo desprevenida pero no estaba, mire de nuevo a mi gemelo y como si supiera a quien buscaba señalo la cocina.

Bien. Solo tienes que ser rápida y silenciosa Dash, cuando tengas la navaja solo es cuestión de cortar las ataduras y salvar a mamá. Me empecé a deslizar hacia las escaleras dando rápidas miradas a mi alrededor para asegurarme que el otro tipo no volviera, de fondo aun escuchaba los gritos agonizantes de mi madre solo pedía que resistiera un poco más, mataría aquel tipo con mis propias manos por haberme arrebatado a mi hermano y hacerle daño a mi mama.

Estaba cerca así que me apoyé en mis rodillas para ir más rápido, sin embargo, fui lanzada hacia atrás y me fue inevitable no soltar un grito, en un movimiento rápido que no pude prevenir me habían sostenido del cabello con fuerza alejándome de mi destino. No pude mantener el equilibro y caí de lado provocando que mi pómulo se golpeara directo contra el suelo. Ponto una figura se arrodillo cerca de mí, hizo que me reincorporara y volvió a tomar con rudeza mi grisáceo cabello corto, ahora lo tenía frente a mí, pero su rostro seguía siendo un borrón extraño, imposible de identificar.