Gardiens ||Adrinette +18|| - Short fic

Parte IV

Regreso

Él simplemente la tomo entre sus brazos, acobijando su inconsciente anatomía con todas las fuerzas y anhelos que contenía su corazón tras un largo de tiempo de estar separado de su hermosa azabache. Abrazo y beso su cabeza, sus húmedas mejillas, recitándole miles de veces en tenues y bajos susurros sus sentimientos. Marinette había dormido plácidamente entre sus brazos, demostrando su cansancio tanto corporal y mental. También por confiar tanto en Adrien para llegar a dormirse de esa manera en sus brazos. Era su compañero después de todo. Los te amo y los miles de te extraño que Adrien quiso decirle en ese instante donde ella y él se mostraron tal y como se sentían.

Tomo el delgado y cansado cuerpo de Marinette, llevándola nuevamente a su lecho, recostándola cuidadosamente con la intención de no despertarla.

Adrien se quedó mirándola por horas, después de que Marinette entrara al sueño profundo, soltó su silla, la cual se había convertido en su principal acompañante luego de encerrar a la joven en aquella oscura habitación para ahora, encontrarse recostado a su lado, velando toda la noche por sus sueños. Pidiendo en silencio mientras besaba sus labios en un dulce y melancólico beso, que Marinette por fin soñara con algo bueno..., no solo pesadillas donde ellos significaban la destrucción del mundo que tanto trataban de proteger.

—Velare por tus sueños y seré tu caballero de armadura oscura por esta noche..., my lady —susurro antes de cerrar nuevamente la distancia entre ellos. Destruyendo esa pared solo por esa noche, antes que el llegar del mañana, volviera a forjarse—. Te amo, Marinette.

Situación que finalmente Adrien tuvo razón.

Marinette lo evito la mayoría de la semana, ignorándolo en los entrenamientos que les daba el gran maestro Su-han y al momento de las comidas. El día comenzaba con los desayunos donde Fei intentaba unir conversaciones entre ambos portadores del destino, pero Marinette se negaba a hablar y Adrien se limitaba a ser ignorado o simplemente tratar de establecer conversaciones normales con Fei. Las risas entre ellos cada vez se hacían más comunes alrededor de Marinette mientras el trio recibía las lecciones de batalla y uso de magia de los grandes maestros del templo de Miraculous.

Tanto así, que Marinette mentiría que no se sintió celosa de cierta manera cuando Adrien pasaba mucho tiempo junto a Fei, pero ¿Qué importaba?

Después de todo, una relación entre ambos era relativamente imposible. Solo traería desgracias al punto que el mundo y las personas que amaba con su vida desaparecerían. Y eso incluía a Adrien y Chat noir. Por eso, por mucho, mucho que quisiera ser la que riera junto a Adrien en esos momentos, le era imposible. Su miedo era mayor que cualquier otro sentimiento, estaba cegada por ese terror blanco que la atormentaba por las noches. Menos en la que se encontró nuevamente con el joven, aunque...

Maldito gato idiota. Y su maldito fetiche por las asiáticas, Primero yo..., en realidad Ladybug, luego Kagami y ahora, ¿Fei?, ¿Me tomas el pelo, Agreste?

Era increíble. Sus reacciones eran similares a sus enfados cuando Ladybug y Chat noir se enfrentaban en disputa. Ya no actuaba como una niñata frente al chico quien es su primer amor. Aquella Marinette vergonzosa y temerosa ante sus reacciones contra aquel guapo rubio, al parecer, había completamente desaparecido.

Iba caminando, apretando sus pergaminos con un fuerte abrazo que era capaz de partirlos en dos de lo tan molesta que se encontraba. Solo recordar todo lo que vio esta semana, sintiéndose tonta por ignorar al chico y que este ni se inmutara por su indiferencia. Se sentía tan tonta que deseaba golpearse en la cabeza desde el primer momento en que decidió ignorar a Adrien.

—Marinette, ¿Estás bien? —Fei iba a su lado, caminando con menos pergaminos entre sus manos. Después de todo, acababan de salir de su clase de magia antigua y control de prodigios que tanto el maestro quería implantarles.