1. HALLOWEEN'S NIGHT

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── ¡Tienes que estar bromeando! — exclamó Mérida por tercera vez

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── ¡Tienes que estar bromeando! — exclamó Mérida por tercera vez. Entre risas reía con las manos en su estómago.

Elsa bufó, no había sido una buena idea contarle aquello a su mejor amiga. ── No lo hago, cielos...Es algo embarazoso, ¿tienes idea de lo jodido que está?

── Oh, Elsa. Puedes decirme la verdad, ¿te sientes enojada por qué tus padres tienden a codearse con los adolescentes de nuestra clase? No puedo esperar para ver el disfraz de tu madre, de hecho, ¿De que se vestirán? Siento curiosidad.

── No estoy molesta, es solo que me incomoda un poco, los adoro pero a veces tienden a perder los estribos en fiestas así, de igual forma no iré, ellos pueden hacer lo que quieran.

── Que jodido es, tus padres tienen más vida social que tú.

Elsa apretó los labios, intentando no abrir la boca para quejarse sobre ello, su amiga tenía razón.

El sonido de un mensaje entrante llamó la atención de la platinada.  ── Déjalos disfrutar entonces. — la chica de cabellos rojos procedió a sacar su celular que estaba dentro de su mochila, entreteniéndose unos minutos y dejando en segundo plano a la de cabellos platinados.

Bien, probablemente pensarán que era egoísta tenerle envidia a sus padres, cuando no era así, bueno... Tal vez un poco, sus padres no eran unos ancianos, por supuesto que no, ambos tenían veintiún años cuando decidieron formalizar su relación, tres años después la tuvieron a ella.
Estaban en la cúspide de su adultez, se sintió gratificante al recordar la salud estable de ambos, ninguno poseía problemas en su sistema o alguna enfermedad dañina, estaba complacida de tenerlos consigo, y prefería que disfrutaran, tal vez solo exageraba un poco las cosas, ¿No?.

Simplemente, aquello la confundía demasiado, era del tipo de chica que no pasaba desapercibida en el instituto, y aquello no lo agradecía, pues solía tener inconvenientes con los alumnos de grados mayores que intentaban pasarse de listos con ella, por fortuna tenía amigos que la defendían y cuidaban del resto de depredadores del instituto, apostaba que la adolescencia de su madre fue similar a la suya y tal vez no podía divertirse de la misma forma en la que lo hace ahora.

── ¿Y Hamada?

Elsa trago duro al escuchar aquel apellido salir de los labios de su amiga. ── ¿De qué hablas?

La pelirroja rodó los ojos. ── No me vengas con eso, Elsa.

── Lo siento, es solo que.. No quiero hablar de él, no he querido verlo después de eso.

── Pero no ha sido culpa tuya, ¿Entiendes? Puede que seas algo insegura, pero conozco a Tadashi y sé que jamás te haría daño, no ha sido su intención.

── Tengo miedo.

── Mira.. Él fue un idiota al no haberte dado señales de vida por casi una semana, debió haberte dado una explicación antes, ¿Has hablado con él?

WÜTEND 烏騰 JELSADonde viven las historias. Descúbrelo ahora