𝘿𝙤𝙪𝙢𝙖, el típico admirado y popular en una escuela y "hetero".
𝘼𝙠𝙖𝙯𝙖, todo lo contrario a douma, un tipo con la vida normal y no destacando mucho.
Estos dos se terminan encontrando por el destino. Al principio ninguno se llevara bien con...
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Los tres adolescentes se encontraban tirados en el suelo de la casa del rubio, habían terminado la tarea pero al parecer según se habían cansado (según porque no hicieron casi nada).
–Aaah, ahora si salimos al parque o algo?— Douma fue el primero en hablar
–Si, ya me estoy aburriendo aquí acostado, aunque el piso esta fresco— El de pestañas rosas le siguió y luego los tres se levantaron para salir de la casa e ir a pasear.
Los tres salieron y empezaron a caminar por ahí, al parecer fueron primero a un centro comercial, aunque al parecer no querían comprar mucha ropa fueron comprando algunas cosas de comer.
Estuvieron una rato ahí riéndose y alguna gente se molestaba por eso pero a ellos les daba igual.
Después de salir de ahí fueron al parque aunque haciendo locuras como pararse en el columpio, intentando alzar a alguno, en literal como unos niños pequeños.
Los tres se tiraron al piso cansados y después comenzaron a reírse, el rubio miró a Akaza y viéndolo reír un leve rubor se asomo en su piel carmesí, y luego también río, un poco nervioso por el hecho se que sus mejillas están demasiado calientes y su corazón latía como loco. Aunque no era la primera vez que lo veía reírse no era tan cerca, viendo su linda carita le deba ternura. No quería que ese día acabará, ver al de carácter terco sonreír le parecía lindo, aunque no lo admitía del todo.
Después de un rato tirados en el suelo frío y fresco uno de ellos se levantó, viendo que era tarde, Akaza se despidió de los otros dos y se fue.
–Oye homo
–Que ah mi?— el rubio pregunto algo enojado
–Pues si, no hay nadie más— soltó un risa y el otro solo pudo soltar un gruñido –Ya ya, lo siento
Soltó un suspiro –Creo que igual deberíamos ir a casa, es tarde y mañana tenemos clases, aunque ya la última, viernes y dos días de descanso
–Si, bueno entonces adiós, mañana te veo en la escuela y gracias por pasarme la tarea—
–Claro claro, hasta luego
Los dos terminaron por despedirse y fueron a su casa. El rubio llegando entró y al entrar a su habitación volvió a sonrojarse al recordar a Akaza, se coloco ambas manos en su rostro por la vergüenza y luego se fue al baño para lavarse los dientes y después dormir.
Al día siguiente no fue algo relevante levantarse para el rubio, hizo la misma rutina de siempre y fue a la escuela, llegando se encontró a los otros dos hablando y esperando al contrario.
Cuando llego Douma los otros dos los saludaron y el rubio no hizo más que ponerse un poco nervioso y sonrojo por la presencia del pelirosa aunque también lo saludo.
