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Las pequeñas colitas se movían de forma agraciada al ritmo de sus suaves movimientos, sentía las uñas de Wooyoung clavarse en su pecho, sin llegar a marcar su piel de forma agresiva por lo cortas que estaban, su pene gozaba de lo apretadito de sus paredes anales.

—Si... Mhhmm... —lo tenía agarrado fuertemente de las caderas.

¿Cómo diablos podía verse tan lindo con ese peinado? Tan pronto llegaron le prohibió deshacerlo, no podía dejar pasar la ocasión. Esa pequeña carita sonriente que se había formado a partir del precioso lunar bajo su ojo lo tenía encantado. Observaba de cerca el tatuaje que Wooyoung llevaba en la parte superior en su rodilla, pasó su mano por ahí, la cama no dejaba de moverse.

Sin aviso lo apegó a su cuerpo para empezar a dar con toda la agresividad que se guardaba por él, sentía que podía llegar fácilmente a su orgasmo, pero no quería que fuese así, debía disfrutar lo máximo posible de ese dulce peinado, de esa mezcla tan preciosa que tenía Wooyoung de dulzura y sensualidad.

Sentía que debía tomarlo en cuatro cuando de repente sintió los húmedos besos de Wooyoung en su cuello, uno tras otro de forma sensual, era delicioso, le generaba encoger los dedos de sus pies por la placentera sensación, escuchaba sus gemidos susurrantes y reprimidos por evitar llamar la atención de quienes desde afuera sabían perfectamente a qué vino esa repentina desesperación por "ir a descansar".

Los besos continuaban hasta llegar a su manza de Adán, lo vió, vió perfectamente la sonrisa que se formó en los labios de Wooyoung antes de dejar una leve mordida por esta.

"—¿Puedo morder tu manzana de Adán?
—¿Por qué?
—Porque es muy sexy"

La conversación esa misma tarde durante las grabación previa a presentarse. Una conversación llena de risas discretas, de acercamientos que podían rozar fácilmente lo ligero que era la brecha entre su amistad para el mundo y su apasionada relación detrás de camaras.

Mordía ligeramente sin detener el ritmo de sus caderas, continuó un delicioso camino de besos hasta llegar nuevamente a sus labios, sus lenguas tomaban protagonismo con facilidad, San acariciaba su espalda con delicadeza.

Con suavidad quitó su miembro para colocarlo boca abajo, Wooyoung se dejaba mover con tanta facilidad, su actitud era tan dócil, se colocó detrás suyo, se posicionaba bien entre sus nalgas para embestir, un beso tras otro se escapaba en su cuello, el cabello de Wooyoung olía realmente bien, el peinadito tan dulce le regalaba a San un espléndida y coqueta vista.

—Mghmm... Amo ...  Amo ese peinado —le susurró mientras se tomaba de sus caderas para continuar moviéndose.

—Pensé... Amghmm... Pensé que no te había gustado mi peinado —su voz salía entre un gemido ahogado y unas increíbles ganas de fastidiarlo por su actitud esa misma tarde.

—Tú y yo sabemos que eso no puede ser posible Jung —mordió ligeramente por su cuello —, te atreviste a morderme.

—Ahhh... San... No... No muerdas —decía recibiendo los fuertes y desesperados movimientos de San —, duele... Aghmmm... Duele.

Con una mano San sujetó su rostro, le tenía mirada clavada, una penetrante y dominante mirada, Wooyoung cerraba los ojos intentando controlar sus gritos.

—Vuelve a coquetear con Seonghwa y voy a morder aún más fuerte Wooyoung, voy a a marcar tus lindas nalgas como se me de la gana —lo sujeto ahora del cuello, no iba a engañarse, quizás jamás lo diría fuertemente pero esas colitas hacían que un fetiche empezara a florecer dentro suyo, si bien era cierto que el rostro de Wooyoung ya era demasiado sublime ante sus ojos, es peinado lo llevaba más allá.

REAL - Sanwoo +18Donde viven las historias. Descúbrelo ahora