La pieza clave de éste juego.

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Narra ____:

-"Prometo que te salvaré"- Las palabras del pelinegro me alteraron el corazón en un buen sentido. Tenía miedo y fe en él.
Cuando su imagen se desvaneció ante nosotros, fui bombardeada por preguntas como: "¿Hace cuánto se conocen?" "¿Qué son ustedes dos exactamente?" "¿Por qué Pitch está tan preocupado por ti?". Todo ésto me hizo enojar, pues esas preguntas ya estaban de más. Debíamos enfocarnos en salir de Ahtohallan y devolver todo a la normalidad lo antes posible.

-¿Por qué no en vez de preocuparte por nosotros piensas en todos los niños que dejarán de creer en ti por tu ausencia en ésta Navidad, Norte...?- Su silencio me dió la respuesta, ni siquiera se había tomado la molestia de pensar en ese pequeño detalle.
Sandy estaba de acuerdo conmigo.

Una voz femenina, dulce y poderosa resonó en todo Ahtohallan; era la madre de la chica rubia, yo había memorizado la melodía que usaba pues me encantó, me pareció hermosa.

La chica rubia llegó un rato después montada en Nøkk. Bajó de éste y caminó rápidamente hacia el interior. Podíamos ver sus movimientos a través de un holograma sobre el hielo que el Hombre de la Luna nos había brindado.

-¡Madre!- Gritó la chica sin dejar de caminar.

-Elsa... -Respondió la voz.

-"Elsa"... Qué nombre tan bello...- Pensé en voz alta. Me acerqué más al holograma para ver más de cerca lo qué sucedía.

-Ha sucedido algo terrible. -Dijo la voz. -Los guardianes de la infancia y... alguien más, han venido guiados por la luna y han aliado a todas las almas del glaciar para salvar al quinto espíritu, pero no será suficiente-

-Espera madre... ¿cómo que... "El quinto espíritu"? No se supone que yo soy el quinto espíritu?.

-No Elsa, tú eres el complemento del quinto espíritu, como la "hermanita menor", mas nada. Ella está en peligro y necesita de tu ayuda y de los cuatro elementos.

-...¿Dónde está ella?.

Mi cuerpo brilló en una luz blanca, y cuando me di cuenta ya estaba ante Elsa y su madre. No podían tocarme pues mi figura era como si estuviera hecha de neblina pero podían verme y escucharme.
Expliqué a detalle mi situación aunque la rubia parecía molesta conmigo.

-Y ya que estás aquí ¿Por qué no simplemente sales de Ahtohallan y nos dejas a todos en paz?- Me dijo Elsa furiosa en cuanto terminé de hablar.

-¡¡WOW!! ¡qué gran idea! ¿Cómo no se me ocurrió eso antes?- Le respondí agresivamente con sarcasmo.

-No madre, lo siento pero no voy a ayudar a ésta... muchachita...

-No tienes opción, la luna te ha encomendado a ésta misión y no tienes ningún derecho de refutarlo.- Le respondió su madre.

Accedió con una obvia molestia.
Su madre "desapareció" entre el hielo y me quedé a solas con ella.

-Qué patético ¿No? El espíritu del hielo necesita ayuda de alguien como yo. Qué frágil eres.

-¿Patético? Patético es tener poderes de hielo y morir congelada...- Me miró ofendida y enfurecida; conocía ese dato pues estuve presente cuando sucedió.

-¿Y cuántos años tienes mocosa?- Me preguntó evadiendo mi comentario.

-Morí a los 19 años. A eso agrégale tu edad y la de toda tu familia y amigos, y multiplícala por tres.- Se petrificó al oír mi respuesta, pero me dió igual.

-Vaya, eres un espíritu bastante antiguo...

-Ajá...- Le resté importancia.

-No sé si sea prudente decirte ésto o no pero... Lamento mucho lo que sucedió con tus padres y tu lugar de origen... Me hubiera encantado conocerte en vida, así ninguna de las dos hubiera crecido sintiéndose un monstruo...- La miré con absoluta seriedad, había tocado una parte muy sensible dentro de mi ser.

-Elsa- Le dije acercándome a la entrada con los brazos hacia adelante. Con las palmas de las manos sentí una especie de muro invisible.- Por ésta razón no puedo salir de Ahtohallan... Mis padres me "encadenaron" a éste lugar. Necesito de tu ayuda para salir de aquí; sin embargo te prometo algo, en cuanto salga de aquí no volverás a saber nada de mí, te voy a dejar en paz, justo como lo pediste.

-...Trato hecho. Te ayudaré.
¡Pero no vuelvas a humillarme de esa forma tan descarada!- Me dijo con un falso tono de indignación.

-Hecho.- Le respondí de la misma forma. Nos miramos mutuamente, como retándonos. Elsa, para romper la tensión me lanzó una bola de nieve a la cara, y yo le respondí. Comenzamos a jugar con nuestros poderes. Al final estábamos cansadas y riéndonos como idiotas, y ninguna de las dos sabía por qué.

Dentro de mis venas (ROTG) Pitch Black x lectora.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora