Dentro de mis venas (ROTG) Pitch Black x lectora.

La bonita cereza del pastel.

El resto de la noche lo pasamos en vela, hablándole a la luna sin recibir respuesta alguna. Nos sentíamos insignificantes, la impotencia llegaba al grado en el que el dolor era casi insoportable.

-¿Cómo puedes estar tan tranquila ____? Perdimos a Norte...- Me preguntó Jack, sentándose a mi lado.
-No es eso Jack, estoy realmente preocupada con todo ésto. Lo que pasa es que- Fui interrumpida por el ruido de unas pisadas en las hojas secas. Algo grande se estaba desplazando entre la maleza.
De entre los árboles salió uno de los caballos negros que había visto antes; sin pensarlo me acerqué a él y acaricié su cabeza con cariño.

-¡¡PERRA TRAICIONERA!!- Me gritó Conejo. -¡¡SIEMPRE ESTUVISTE DEL LADO DE PITCH!! ¡¡POR ESO NO TE DUELE LA PÉRDIDA DE NORTE!!- Concluyó con la voz quebrada. El dolor en sus ojos era notorio.

-¡¿Qué?! ¡No! ¡Yo ni siquiera conozco a ese tipo! ¡se los dije desde el principio!- No me creían una palabra, era obvio.

-¡¡LÁRGATE!! ¡¡¡VUELVE A LA INMUNDICIA DE DONDE SALISTE!!!- Me gritó Conejo por última vez antes de ponerse a llorar sin control alguno.
Jack me miró con lágrimas en los ojos y se dio media vuelta para alejarse de mí. Tooth hizo lo mismo, y Sandy me amenazaba con una lanza de arena desde donde estaba.

Me dejaron sola...
otra vez...

El caballo sólo bajaba la cabeza, como si intentara decir "lo siento". Lo acaricié de nuevo y lo monté; me llevó hasta el agujero donde veía al sujeto, él estaba sentado mirando a la luna, acariciando a otro de los caballos.
Al verme llegar montada en uno de sus animales se quedó boquiabierto.
Yo no dije nada, sólo me bajé del caballo, me dejé caer de rodillas en el suelo y miré al cielo, ésta vez el llanto estuvo a punto de escaparse. El sujeto se acercó un poco y se sentó a medio metro de mí. Sólo me miraba, parecía querer hablar pero no se animaba.

-Tú eres... Pitch Black, ¿cierto?- Dije un poco más tranquila. Escuché que murmuró un "sí". -Los guardianes te conocen, y no te quieren ni un poco...

-Sí lo sé, ¿Y qué?- Me respondió.

-Uno de tus caballos fue a buscarme.- mis palabras llamaron su atención. -Y gracias a eso, ellos creen que estoy aliada contigo... y se alejaron de mí.

-¿Primera vez quedándote sola?

-No, pero sí la primera en que recibía un poco de afecto... y luego nada...- Me miró impresionado.

-No te creo.

-Pues no me creas.- Le respondí para luego levantarme y comenzar a caminar en una dirección al azar.

-Oye.- Llamó mi atención. Me detuve sin mirarlo. -Gracias por... la comida.

-No fue nada.- Respondí muy seria para seguir caminando.

Más adelante me encontraba hablando sola de nuevo... o mejor dicho, con la luna. Le suplicaba que me diera la fuerza para derrotar a todas esas cosas, que Norte volviera a ser igual, que me ayudara a aclarar el malentendido con los guardianes, que todo volviera a la normalidad... pero era patético esperar una respuesta suya, o eso pensaba.

-Hombre de la Luna, poderoso líder...- Dije casi susurrando.- Por favor, dame una señal de que mis súplicas han sido escuchadas...

En ese momento, una brisa fresca acarició mi rostro con suavidad y una fragancia a flores inundó mis sentidos. Esa era la señal, pues entre la hierba no había flores de ningún tipo, ni razón aparente para la sensación que acababa de tener. Una sonrisa involuntaria se formó en mis labios, sentí como si un gran peso de mis hombros desapareciera.

-¡¡Gracias!!- Dije casi gritando. Me sentía muy bien. Comencé a ir en línea recta a paso apresurado.

El camino se empezaba a hacer empinado, así que me deslicé con cuidado, dejando un caminito de hielo a mi paso. Llegué a la entrada de una cueva subterránea enorme pero bastante discreta, la peste se percibía incluso antes de estar frente al lugar; me hice una mascarilla con nieve, intentando cubrirme al menos un poco. Entré cautelosa, adentro estaba Norte hablando con un hombre enorme, éste usaba una túnica con capucha azul marino con negro que le tapaba la cara, aunque... su voz me resultaba familiar..