Forever with you

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—No te puedes ir, no así.

Neo miró a su amada Trinity y notó lo pálida que estaba. Su piel había perdido todo color debido a la hemorragia que presentaba en el vientre y en el estómago; ni siquiera su ropa negra lograba enmascarar el líquido rojo que fluía sin descanso.

—Es momento— dijo ella, sonriendo con dificultad mientras  sus labios se llenaban de rojo y sus pulmones se quedaban sin aire.

—No, así no... te llevaré de regreso a Zión— la tomó entre sus brazos y la acunó contra su pecho, sintiendo que su corazón se rompía en mil pedazos.

Trinity, su Trinity, ya lo había salvado dos veces. Primero, cuando recién descubrieron que era el elegido, cuando Smith le disparó en aquel pasillo frío y solitario. Y la segunda vez, cuando él tuvo que entrar a hablar con el Arquitecto de la Matrix.

Ella siempre lo había salvado, protegiéndolo hasta el final.

Y ahora, en esta ocasión, ella había sido su escudo. Cuando los agentes los rodearon y Neo se vio sobrepasado para utilizar sus poderes de elegido, ella se interpuso entre las balas y el cuerpo de su amante, recibiendo todos los impactos para asegurarse de que él viviera.

Y no, no lo había hecho para que la profecía se cumpliera y así salvara al mundo. Ella se sacrificó simplemente porque lo amaba y porque prefería morir antes que verla morir.

—Neo— susurró y él le tomó de la mano—, te amo.

Con esas últimas palabras, Trinity se fue. Su cuerpo se desplomó contra el pecho de Neo y su rostro mantuvo una sonrisa muy leve.

Neo la besó de forma sutil y le prometió regresar su cuerpo a donde Morfeo, Link y demás habitantes de Zion le darían la despedida que merecía.

Sin ella, Neo estaría perdido, pero sabía que en algún punto lograría vengarla.

Y así lo haría.

«Forever with you»Donde viven las historias. Descúbrelo ahora