CAPITULO 1 BIENVENIDA

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Por el ventanal del auto veo como nos alejamos de la que fue mi casa durante años, no lo llamaría hogar porque nunca lo fue para mí, solo fue un lugar donde reinó todos los años de mi vida el frío y oscuridad, donde la voluntad de mi padre era el mandato a seguir.

No extrañaré nada de esta ciudad, mis amigos o como me gusta llamarlos Diurnos, porque no aparecen hasta el anochecer para hacer que yo pague todo lo que han pedido, creyéndome siempre tan tonta y débil. La verdad no me importaba derrocharles el dinero porque era él de mi padre y que más daba gastar el dinero en "amigos" que el mismo me contrató.

Como siempre amigos otorgados gracias a mi ejemplar padre. Estaba tan sumida en mis pensamientos que solo había logrado escuchar la última oración que la persona junto a mí me dirigió.

-Tierra llamando a Hera. Volteé y no pude evitar que las comisuras de mis labios se levantaran un poco, a lo que ella reaccionó frunciendo levemente el ceño.

- ¿Estás bien? Te noto... la interrumpí bruscamente para añadir.

- ¿Feliz?, ¿tranquila?, ¿liberada de una dictadura?, pues si lo estoy, si eso es lo que querías decirme. Al decir eso soltamos una carcajada al unísono.

-Hera Circe Müller... -Wow, Wow corta ahí, sabes muy bien que no me gusta que digan mi nombre. Le recordé al cortarle la oración.

-No entiendo porque te desagrada tanto tú nombre, yo sería feliz sabiendo que mis dos nombres son los de diosas de la antigüedad al igual que poderosas.

-Sabes que me gusta la mitología griega, al igual que el misterio de la vida misma y del universo, pero no por el solo hecho de tener sus nombres me convierte en poderosa. Y no me malentiendas, mi autoestima no está por los suelos solo que me consideraré así según mis actos lo demuestren.

-Por dios Hera, ya escribe un libro, y llámalo "Formas para que las personas no digan mi nombre", te aseguro ganarás una fortuna. Lo dijo poniendo los ojos en blanco, quise aguantar la carcajada que se moría por salir de mis labios porque sabía perfectamente que le jodía que le contradijera algo de una forma correcta y educada. Así que no puede evitar soltar la carcajada que estaba aguantando, a lo que reaccionó a una falsa molestia a la vez que hacia una cara de horror.

- ¡Por Dios!, no puedo creer lo que mis humildes ojos ven, Hera (no tengo el poder de las diosas), es realmente humana, creí que era un mito, pero la verdad es que en sus venas si corre sangre.

-Ja ja Jess, ¿Acaso te graduaste de comedia y no fui consiente? y mira por dónde conduces que tengo que llegar viva a Bélgica. Contuve un poco la risa para que no notara que su broma si hizo efecto en mí.

-Me adoras al igual que a mis bromas y conduzco de maravilla cariño. Lo dijo soltando un beso hacia mi dirección y su atención volvió al camino, sonreí negando con la cabeza para volver a mi estado inicial contemplando la visión del camino.

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