Vidas paralelas

Capítulo 1: 12-12

Un día más en este maravilloso sitio, puedo oír la brisa del campo golpeando las hojas de los arbustos.

Abro mis ojos lentamente para ver entrar la tenue luz del sol; es el amanecer.

Miro a mi alrededor y doy por hecho lo que temía, estoy en mi habitación de aquella misteriosa casa medieval; que encontré y decidí habitar hace ya algún tiempo atrás; siendo honesta, es un lugar muy agradable y cálido a pesar de ser la única persona que vive aquí, se siente como el hogar en el que crecí durante toda mi infancia, jugando con mi hermana y siendo regañada por mis padres; realmente no recuerdo cómo fue que me independice y fui de casa, pero ahora me encuentro aquí, viviendo al estilo que siempre admiré: la edad media, claro con más higiene y herramientas que las que tenían en aquel entonces.

Me levanto de la cama, me visto con aquel cómodo, ligero y fascinante vestido de la edad media, recojo mi pelo en una trenza que sujeto con un listón floreado.

Bajo las escaleras y me dirijo al huerto de la parte trasera, para recoger lo que se convertirá en mi desayuno, tomo un par de tomates, los colocó en mi canasta la cual la dejó en un banquillo a lado de la entrada, voy por una cubeta, me coloco unas botas altas y para comenzar mi camino a aquella pequeña y agradable granja que construí hace tiempo la cuál está habitada por una familia de una vaca, un toro y su vaquita recién nacida además de unas cuantas gallinas conquistadas por un gallo bastante noble a decir verdad.

Busco en los nidos de las gallinas para recoger un par de huevos que colocó en el bolsillo de mi vestido, continuo con mi trayecto y visitó a la familia de vacas y comienzo a ordeñar hasta llenar la cubeta y vuelvo a mi casa para preparar el desayuno.

Una vez finalizado el desayuno atiendo los cultivos, tomo mis herramientas de dibujo y una pequeña canasta con emparedados dentro. Ya que tengo planeado pasar el resto del día en mi lugar favorito: una llanura llena de todo tipo de flores silvestres, las cuales parecen haber sido plantadas por alguien hace mucho tiempo.

En esa llanura está mi casa, mi granja y mis cultivos, pero mi lugar favorito está claramente visible, en el centro de toda la llanura está un gran árbol de manzanas, es el único árbol de toda la zona.

Ahora que me pongo a pensar en ello; nunca he explorado toda la llanura ni siquiera sé si hay alguna manera de salir, ya que, todo está rodeado de montañas, me imagino que visto desde un avión se vería como un gran círculo de montañas con un árbol en el centro.

Sin embargo, al llegar a aquel provecto árbol me encuentro a un joven durmiendo plácidamente bajo la sombra de las hojas que ofrece, entre las raíces del árbol; me acerco sigilosamente cuidando de no hacer mucho ruido para evitar despertarlo; decido escalar a una de las ramas, me acomodo para dibujar, dejando colgada la canasta en una rama más pequeña que me quedó a la mano.

De esta sosegada manera comienza mi tarde dibujando, escuchando a los pajarillos que viven en aquel árbol cantar y con una inquietud en mi corazón dibujé y dibujé lo que se me venía a la mente, lo que estaba a mi alrededor o lo que fuese, con tal de desahogar la inquietud que me albergaba cada vez más la cuál me llevó a querer bajar de la rama para disuadir mis dudas y pensamientos que se hacían más y más grandes.

En mi intento de bajar de aquella rama no me percate que mi vestido quedó atrapado entre la madera; cuando salté, mi vestido atrapado provocó que mi equilibrio se despidiera de mi persona para llevarme a una desastrosa caída de la que probablemente tardaría mucho en recuperarme para ponerme de pie de nuevamente, pero digo "tardaría" porque para mi sorpresa aquel joven que estaba durmiendo hace unos instantes, detuvo mi caída; o mejor dicho, me salvó de aquella desastrosa caída, atrapandome en sus brazos, como si se tratase de una pareja de recién casados; logrando de esa manera, convertir aquel fugaz momento en algo agradable y sempiterno mientras caían sobre nosotros los últimos rayos de sol de aquel atardecer que jamás olvidaré en mi vida.